La exposición aborda los límites de la realidad física y la simulación digital, e indaga en los efectos de la explosión de los mundos virtuales a través de 80 piezas, que abarcan desde los cicloramas del siglo XIX hasta la realidad aumentada o el fenómeno 'Second Life'.

Destacan objetos históricos de los siglos XVIII y XIX, instalaciones inmersivas, videojuegos, aplicaciones de realidad aumentada y reflexiones sobre el metaverso de diversos artistas nacionales e internacionales.

Figuras del arte como Marc Lee, Cao Fei, Solimán López, Eva y Franco Mattes, Theo Triantafyllidis, Johanna Jaskowska e Ines Alpha, entre otros, junto al estudio creativo ScanLAB Projects o el Barcelona Supercomputing Center, plantean cuestiones sobre la migración de la identidad del hombre moderno a un espacio donde no existe la corporeidad.

Se incluyen veinte piezas cedidas por el coleccionista Jesús Fernández (Foticos Collection) y la muestra también exhibirá la icónica película 'La llegada del tren' (1896) de los hermanos Lumière, que muestra la contribución del cine a las experiencias inmersivas del ser humano.

Además, se reflexionará sobre la repercusión de crear alter egos digitales o del impacto que puede tener sobre la sociedad formar parte de una comunidad física y virtual. Por ello se invitará a pensar sobre las normas y códigos éticos que deben regular la ciudadanía digital.

La muestra también explora los antecedentes de la pulsión del ser humano por habitar mundos simulados y la relación actual entre la realidad física y la realidad virtual, así como algunas de sus implicaciones éticas y filosóficas, legales, sociales y económicas.

CUIDADES EN MOVIMIENTO

La exposición comienza con la obra interactiva 10.000 ciudades en movimiento, iguales pero diferentes (2010) del artista Marc Lee, que sintetiza esta convivencia entre el mundo físico y virtual, analizando la evolución hacia un internet más sensorial.

A partir de datos obtenidos en tiempo real en redes sociales, un 'videomapping' recreará los edificios de una urbe contemporánea, sobre cuyas fachadas se proyecta el contenido digital de un punto geográfico seleccionado por el visitante.

Según Fundación Telefónica, la obra explora los efectos de la globalización cultural y sitúa al espectador en un espacio híbrido "donde se superponen las capas real y virtual". Al mismo tiempo "se presenta un modelo tridimensional para visualizar información que nos invita a imaginar cómo podría ser el internet inmersivo del futuro".

Por otra parte, la exposición recorre reproducciones y objetos históricos de los siglos XVIII y XIX que exploran el fenómeno de la tridimensionalidad, como la caja óptica, el diorama, el panorama y las cámaras y visores estereoscópicos, entre otros.