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Una investigación analiza una especie de coral que sobrevive a las altas temperaturas gracias a su alimentación

- La especie, documentada en 1966, se ha ido expandiendo por la costa mediterránea a causa de las condiciones cambiantes

MADRID
SERVIMEDIA

Un estudio publicado en la revista 'Nature' revela que el coral pétreo ‘Oculina’ posee una estrategia de alimentación dual que aumenta su resistencia frente al aumento en los últimos años de las tempraturas marinas

Este estudio analiza los mecanismos genéticos y celulares que explican la extraordinaria resistencia de este coral mediterráneo, conocido por su capacidad para alimentarse con o sin algas y que lo diferencia de otras especies tal y como mencionó el informe.

“La Oculina es resistente porque no depende estrictamente de los productos fotosintéticos de las algas”, explicó el profesor de investigación Icrea Arnau Sebé Pedrós, autor principal del estudio e investigador del CRG. “Puede obtener esos productos cuando las algas están presentes, lo cual es probablemente la situación óptima, pero también puede sobrevivir alimentándose únicamente de manera heterotrófica, ingiriendo pequeñas partículas orgánicas y plancton que captura y digiere en su sistema digestivo”, añadió

La comparación reveló que otros corales dependientes de las algas tienen los mismos tipos de células y vías genéticas que la Oculina emplea para alimentarse de forma heterotrófica, aunque se encuentran desactivadas. Un hallazgo que sugirió que esta capacidad de alimentarse sin algas no es exclusiva únicamente de la Oculina, sino que podría ser una habilidad que esté presnete en todos los corales.

“Cuando se documentó por primera vez en aguas levantinas, se pensó que la Oculina patagonica no sobreviviría porque las temperaturas estivales eran demasiado altas, pero contra todo pronóstico consiguió establecerse, y sus poblaciones están creciendo”, explicó la doctora Shani Levy, primera autora del estudio, que realizó la investigación en el Centro de Regulación Genómicade Barcelona.

“Funciona como una especie de prueba de estrés natural, los corales y otros organismos que viven aquí ya afrontan fluctuaciones extremas, por lo que el Mediterráneo nos ofrece una especie de avance de cómo podría desenvolverse la vida marina bajo un cambio climático acelerado”, continuó Levy.

Este coral fue descubierto en el golfo de Génova en 1966 y se consideró durante décadas una especie invasora que llegaba del Océano Atlántico pero, otros estudios en los últimos años demostraron que es originaria del Mediterráneo, dónde persistió durante millones de años hasta que las condiciones cambiantes favorecieron su expansión con rapidez y estableciendo poblaciones a lo largo de una gran parte de las costas poco profundas del Mediterráneo, dónde las temperaturas del agua oscilan entre unos 10 ºC o menos en invierno y más de 30 ºC en verano.

“La capacidad de la Oculina para vivir sin un socio fotosintético le permite asentarse en aguas más profundas, donde la luz escasea, o tolerar aguas turbias, donde la luz se ve bloqueada por la sedimentación generada por el tráfico marítimo. Es una enorme ventaja en un Mediterráneo transformado por la actividad humana, y una de las razones por las que decidimos estudiar esta especie”m explicó el doctor Xavier Grau Bové, coautor del estudio e investigador posdoctoral en el CRG.

“La estrategia vital de la Oculina parece basarse en la resiliencia a través de la diversificación. No necesitó inventar un nuevo modo de vida desde cero, sino desempolvar viejas herramientas de su caja”, afirma el doctor Grau Bové.

Pese a que el estudio sugirió que corales como la Oculina podrían tener mayores probabilidades de sobrevivir en océanos cada vez más cálidos, los autores advirtieron de que este tipo de coral no es un coral constructor, por lo que difícilmente podrá compensar la pérdida de los arrecifes, ecosistemas que cubren menos del 1 % del fondo oceánico, pero que albergan una cuarta parte de todas las especies marinas.

(SERVIMEDIA)
16 Oct 2025
JNV/gja