Según explicó Change.org, la petición cuenta ya con más de 10.000 firmas de apoyo. Quesada, en su petición, asegura que las primeras pulseras que llevó “funcionaban correctamente” y relata que, como mujer que he llevado esas pulseras, “sintiéndome totalmente desprotegida”, está pidiendo que se “modifique urgentemente el sistema para que dejen de fallar y protejan de verdad a las víctimas”.

También, explica que, desde el 2016, tiene órdenes de alejamiento con su expareja porque ha vivido “años de acoso constante, incluyendo un destrozo del mobiliario exterior de mi casa”. Asimismo, describe que su “pesadilla” continuó, pero, al menos, “sabía que la protección de la pulsera funcionaba bien” y estuvo “un año con ella y sonó más de 600 veces”. Esto fue “terrible, pero la realidad es que el sistema funcionaba porque gracias a esos avisos mi exmarido entró en prisión”.

Sin embargo, el sistema de pulseras actual “no funciona bien” y ha llevado esa pulsera “sintiendo que no llevaba absolutamente nada”, sintiéndose “totalmente desprotegida con lo que se suponía que era una medida de protección”, afirma Quesada en su relato en Change.org.

De este modo, pide a Igualdad que esto mejore porque es un “grave problema que necesita soluciones urgentes y efectivas”. Reclama unión para “mejorar la seguridad de mujeres en esta situación tan vulnerable”.