El breve desfile consistió en el paso del Batallón de Honores, cuatro compañías de los ejércitos de Tierra, Armada, Aire y Guardia Civil con Bandera, escuadra de gastadores, banda y música.

Pese al frío de la mañana en Madrid, y al ser día laborable, muchos ciudadanos se echaron a la calle para presenciar el paso de la comitiva real. La lejanía del público respecto al Congreso de los Diputados y a la tribuna instalada a su entrada hizo imposible escuchar gritos o consignas como si ocurrió recientemente en el desfile por la Fiesta Nacional.

La Comunidad de Madrid había dispuesto pantallas gigantes para todos los que han querido seguir la ceremonia, siendo la que más personas congregó la instalada en la Puerta del Sol.

La comitiva de la Familia Real, en dos vehículos históricos, llegó al Congreso de los Diputados con unos minutos de retraso, escoltada por el Escuadrón de la Guardia Real. Los Reyes y sus hijas fueron recibidos por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro Esteban López Calderón.

El Rey recibió honores militares y, a continuación, pasó revista a la Fuerza. Posteriormente los Reyes y sus hijas se desplazaron andando hasta la puerta del Congreso, custodiada por alabarderos de la Guardia Real, donde le esperaban la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y el del Senado, Pedro Rollán. A ellos se unió el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para la primera imagen icónica de la jornada.

Desde algunos balcones de la Plaza de las Cortes gritaron en varias ocasiones “viva la princesa de Asturias”, “felicidades”, “viva España”, y Felipe VI dedicó un saludo a algunos de ellos.

A la conclusión del acto, y para ver la parada militar, la Familia Real, junto a los representantes de las altas instituciones del Estado y las comunidades autónomas, y las Mesas y portavoces de Congreso y Senado, salieron y se situaron en la Escalinata del Palacio de las Cortes.

Durante los momentos previos se pudo ver conversando animadamente al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, con el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y el secretario general de CCOO, Unai Sordo. También llamó la atención que uno de los padres de la Constitución, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, con problemas de movilidad, prefirió no bajar la escalinata y se quedó en la parte superior. Por ello, el otro artífice de la Carta Magna presente, Miquel Roca, se quedó con él en el mismo sitio.

Al subirse a los vehículos para dirigirse al Palacio Real, la mayoría de autoridades y el escaso público cercano prorrumpió en aplausos a la Familia Real.