Este último punto fue, de hecho, el que acaparó todas las miradas durante la jornada. Los representantes de las organizaciones de trabajadores tomaron la palabra durante el transcurso de la junta y pidieron al nuevo consejero delegado “reconducir” las relaciones laborales y “mejorar” el clima.

En este sentido, subrayaron que son “la plantilla peor pagada” y la que más ERES y ERTES ha experimentado en los últimos años, además de subrayar los conflictos derivados de la integración de Liberbank. A ellos, se le sumó uno de los accionistas, que pidió “un poco de tacto” y cuestionó que la subida de sueldo de los consejeros sea procedente en el actual contexto laboral.

Ante estas declaraciones, el presidente ejecutivo de Unicaja, Manuel Azuaga, defendió que esta mejora retributiva está “acompañada de una propuesta motivada” y alineada con el sector bancario, donde se ubica en “el rango más bajo”.

Por su parte, Rubiales recordó una "de las primeras cosas” que hizo fue reunirse con los sindicatos. Ensalzó su paso como empleado del banco y garantizó que “sigue abierto” a negociar con los trabajadores "dentro de los objetivos de la entidad".

Al margen de este conflicto entre empresa y sindicatos, Azuaga habló del nacimiento de “una nueva etapa” de Unicaja con “un mejor modelo de gobernanza”, mientras que Rubiales pidió “máxima colaboración a todos” para afrontar “un periodo crucial” en el que el foco estará puesto en lograr “un crecimiento rentable” y ofrecer “un retorno sostenible” a los accionistas.