En un comunicado, Unicef exigió el "cese inmediato" de las hostilidades y alertó de que el acceso a las zonas de conflicto es "en extremo difícil".

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia afirmó estar trabajando "estrechamente" con otras agencias de la ONU en la zona, "evaluando la situación y las necesidades más inmediatas".

Concretamente, Unicef ha asumido la respuesta a las necesidades en agua y saneamiento y, "desde el primer momento", realiza las labores de evaluación de la disponibilidad de agua potable en los depósitos locales, centrándose especialmente en las necesidades de los desplazados.

Para este organismo, la "mayor preocupación" es lograr hacer llegar la asistencia humanitaria a la población afectada. Según explica, Naciones Unidas ha ofrecido esta asistencia a los gobiernos de Georgia y Rusia, pero "aún no se han abierto corredores de ayuda humanitaria".

"Las condiciones actuales han permitido el envío de un equipo de evaluación a Gori, pero el sur de Osetia sigue siendo inaccesible", concluye Unicef.