La organización de protección a la infancia de la ONU busca con este acto, que se celebrará coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de la Infancia, “recordar que el texto sigue vigente y que todos los niños, niñas y adolescentes del mundo tienen derechos que deben cumplirse y en todo lugar, incluidos los lugares en conflicto o en contexto de emergencia”.

También participarán en la conmemoración de esta efeméride más de 500 ayuntamientos, buena parte de los parlamentos y Gobiernos autonómicos, que celebrarán plenos infantiles, y más de mil centros educativos.

Del mismo modo, habrá más de 50 espacios públicos (pantallas en ayuntamientos, metros, autobuses), exposiciones y multitud de actividades relacionadas con la conmemoración del Día Mundial de la Infancia.

A su vez, más de un centenar de medios de comunicación se han unido a la conmemoración de esta efeméride.

Unicef recordó que millones de menores de edad de todo el mundo “siguen expuestos a situaciones que ningún niño debería experimentar jamás". A juicio del presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra, “estamos inmersos en un contexto de ‘policrisis’ que hace que en este Día Mundial de la Infancia tengamos muy poco que celebrar”.

Suárez Pertierra comentó que “las imágenes de Gaza que vemos cada día en los medios nos sobrecogen y nos recuerdan que infancia no es sinónimo de felicidad”. A pesar de ello, la organización reafirmó su compromiso con los chavales más vulnerables y reiteró que seguirá trabajando para “lograr que se cumplan los derechos de cada niño, niña y adolescente”.

Unicef subrayó que los ataques en Gaza “han puesto en riesgo la vida de un millón de niños y niñas que se enfrentan a ataques contra hospitales y otra infraestructura civil, así como a falta de acceso a agua potable o a atención sanitaria, y de los que continúan cautivos”.

En el caso de la invasión rusa de Ucrania, manifestó que casi dos tercios de los menores del país han abandonado sus hogares. “Y, más allá de estos conflictos más mediáticos, la infancia sigue sufriendo en Siria, Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana o Yemen”, deslizó.

Por su parte, los desastres naturales “siguen suponiendo un riesgo para la infancia”, como lo atestiguan los terremotos en Turquía y Siria, las inundaciones en Libia o el seísmo en Nepal. Estas situaciones, según Unicef, “se ven agravadas por los efectos del cambio climático”, ya que 739 millones de niños viven en zonas expuestas a una escasez de agua “elevada o muy elevada”.

Por otro lado, 45 millones de chavales sufren desnutrición aguda y uno de cada cinco no tiene ninguna protección contra el sarampión, una enfermedad que puede ser mortal.

En el ámbito educativo, sólo una tercera parte de los muchachos de diez años puede leer o comprender un texto sencillo; mientras que la pandemia ha incrementado el número de los matrimonios infantiles.

Por último, Unicef celebró que gracias a sus aliados pudo contribuir a la vacunación de alrededor de mil chavales, la mitad de la población infantil mundial; facilitar el acceso a la educación a 37,9 millones de estudiantes; o apoyar a 356 millones de niños menores de cinco años con programas para prevenir la desnutrición.