De acuerdo con el testimonio de los padres de Martínez, el ex cónsul español -actual embajador español ante la Santa Sede- archivó las peticiones de ayuda al preso durante varios meses -en 1996-, hasta que fue relevado en su cargo por Miguel Díaz Pache.

En declaraciones a Servimedia, Jaén Palacios respaldó las críticas de los padres de Martínez acerca del comportamiento de Carlos Abella, de quien ijo que "era un hombre un poco raro".

El ex senador del PP recordó que Abella "se encerró una vez en el Consulado. Tuvo una serie de problemas; parece que tenía algunas dificultades y, desde luego, no dejó buen recuerdo en Miami, ni a la Fundación Nacional Cubana Americana ni a todo el exilio cubano. En aquel momento, las relaciones entre España y los cubanos en el exilio eran muy malas. No dejó grato recuerdo".

No obstante, Jaén Palacios explicó que el archivo del procedimiento informativo y otrs diligencias por parte de Abella fue "algo transitorio, porque Miguel Díaz Pache -el cónsul que le sustituyó- se incorporó a los pocos meses al Consulado General en Miami".

"Me consta", prosiguió, "que hubo un lapsus, pero en modo alguno atribuible al Gobierno, sino a esta persona (Abella), que efectivamente en ese tiempo no comunicó a su debido tiempo la detención (de Martínez)".

Agregó que Martínez empezó a recibir ayuda del Consulado General en Miami tras el relevo de Abella. "Joaquín José emezó a recibir su ayuda de cien dólares mensuales y una ayuda excepcional de cuatro mil dólares, creo que para intentar paliar un poco los tiempos pasados. Desde ese momento, la atención ha sido exquisita, tanto por parte del actual cónsul, Javier Ballaure, como por parte de Miguel Díaz Pache".

"La dejadez administrativa", concluyó, "fue atribuible no tanto al Consulado en sí como a esta persona (Abella), a quien no conocí pero que por referencias que tengo es un poco especial".