La designación de Ibarrola se produjo después de que ningún edil de ninguna formación lograse la mayoría absoluta y la nueva alcaldesa sumase los apoyos de los nueve concejales de su grupo y dos del PP. Por su parte, Joseba Asiron obtuvo el respaldo de los ocho ediles de su grupo, dos votos de Geroa Bai y un voto de Contigo Navarra, mientras que los cinco representantes del PSN votaron en blanco.

Durante su primera intervención tras ser proclamada alcaldesa como como cabeza de la lista más votada en las elecciones del 28-M, Ibarrola reconoció que era “un auténtico honor” asumir el cargo y se comprometió a trabajar “con muchísimo esmero por ser una buena representante de todos los ciudadanos de Pamplona”.

En paralelo, hizo referencia a los tres “conceptos” que consideraba “fundamentales y transversales” para que los ciudadanos de Pamplona “se sientan orgullosos de la ciudad” y lograr que quienes no lo son “se sientan seducidos y atraídos por ella”, como son “la responsabilidad, la conexión y la ambición”.

Así, reclamó “responsabilidad” de quienes este sábado fueron elegidos como representantes por los ciudadanos de Pamplona. “Pensamos y actuamos diferente y representamos a personas distintas, pero tenemos un punto en común: nos motiva Pamplona, en Pamplona radica nuestro nexo de unión y si logramos que Pamplona sea el punto central a la hora de tomar decisiones lograremos avanzar”.

"PAPEL" DEL CIUDADANO

“Es capital que pensemos en el beneficio de las personas, por encima de cualquier otro tipo de interés”, espetó, convencida de la importancia de “compartir esa responsabilidad” con “todos los ciudadanos” para “construir Pamplona”.

Tras puntualizar que, “cada uno”, con sus “actos diarios”, la “engrandece o empequeñece”, advirtió de que “el papel protagonista tiene que estar en el ciudadano”, por lo que les animó a “coger esa responsabilidad bien entendida y a trabajar por hacer crecer y prosperar Pamplona”:

Tras afirmar que la labor del Ayuntamiento es “impulsar, acompañar, ayudar y ser facilitador y ejemplo”, abogó por impulsar la “conexión” entre los propios representantes, los ciudadanos, otras ciudades y “quien trate de aportar valor” para “tener la capacidad de explicar el por qué de las cosas, aprender de otros e incorporar riqueza que venga desde fuera de la ciudad”.

“Una sociedad que no habla, que no escucha, que no establece vínculos o no debate es una sociedad sin rumbo y sin identidad. Solo dialogando seremos capaces de incorporar conocimiento que nos ayude a seguir prosperando”, espetó, para afirmar que, bajo su presidencia, el de Pamplona va a ser un ayuntamiento “centrado en conversar con todos los agentes” y en “adaptar” a la “realidad” de la capital “experiencias que ya han sido de éxito en otros lugares”.

ATRAER INVERSIÓN

Con respecto a la “ambición”, aseveró que Pamplona es una ciudad “en la que se vive bien, con buenos servicios y una muy buena calidad de vida”, si bien urgió a “aspirar a ser más relevantes, fundamentalmente en el exterior, atraer inversión, talento, turismo”. “Tenemos que ser referentes para otros, motivadores, ejemplo”, manifestó.

“Yo sueño con una Pamplona reconocida por su talento, riqueza cultural, solidaridad, sostenibilidad, libertad y por sus personas. La ambición requiere de voluntad y espero que todos tengamos esa voluntad de hacer Pamplona más grande, de estar enfocados en ese objetivo”, espetó, convencida de que, “con los recursos y la capacidad” que tiene Pamplona, “en unos años” la ciudad “puede ser mucho más relevante y mejor que lo que es hoy”.

“Es la hora de Pamplona, es nuestro momento”, defendió, para asegurar que se pone “desde ya a trabajar de forma intensa por esta ciudad” e invitó “a todos” a “acompañar” a la nueva corporación “en este camino”.