Estas misivas siguen a las que el propio Urtasun remitió al alcalde y a la presidenta de la Comunidad de Madrid en las que les conmina a paralizar la tala de árboles prevista para este martes en las obras de ampliación de la línea 11 de Metro por su “posible impacto dentro de los límites del bien declarado Patrimonio Mundial por la Unesco ‘Paseo del Prado y Buen Retiro’”.

En estas cartas, Urtasun lamentó que la reunión telemática convocada “hoy de modo urgente con motivo del inicio de las talas de árboles en los jardines Jimena Quirós haya sido cancelada por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid pocos minutos antes de su celebración”.

El ministro recordó a Almeida y a Ayuso que el pasado 5 de diciembre la Unesco dirigió una carta al Ministerio de Cultura interesándose por esta cuestión, solicitando información y recordando la necesidad de realizar una Evaluación de Impacto Patrimonial previa, en cumplimiento de la Convención de Patrimonio Mundial y sus directrices operativas.

También apuntó que “a pesar de los reiterados intentos” de Cultura por “solventar esta cuestión desde un punto de vista técnico, mediante el estudio del proyecto y el posible análisis de soluciones”, Urtasun deploró que “la ausencia de diálogo nos ha conducido a una situación difícil de solventar”.

En ese sentido, reseñó que “dadas las circunstancias actuales, con las talas de árboles ya iniciadas, y ante la ausencia de información, nos resulta imposible dar contestación a Unesco y menos aún cumplir con el requisito de la Evaluación de Impacto Patrimonial previa”.

Ante esta situación, el titular de Cultura trasladó la posibilidad de que la Unesco se vuelva a interesar por este asunto, lo que podría desembocar en que la solicitud en los próximos meses de “una Misión de Monitoreo Reactivo para analizar ‘in situ’ el estado de conservación del bien Patrimonio Mundial”.

Esto le sirvió para subrayar que “un incumplimiento reiterado de las directrices o la acumulación de diversos impactos sobre el bien podría conducir, en última instancia, a una eventual eliminación del bien de la Lista de Patrimonio Mundial”.

Por todo ello, reiteró su exigencia de que se paralice la tala de los árboles para “no producir daños irreparables” hasta que “los equipos técnicos de las tres administraciones no se reúnan y acuerden una solución, que necesariamente deberá implicar la realización de un Evaluación de Impacto Patrimonial previa, tal como exige la Convención de Patrimonio Mundial y sus directrices operativas”.