Lo hizo en respuesta a la interpelación que le formuló el diputado de Vox Joaquín Robles acerca de las políticas que impulsará el Ministerio de Cultura para “defender el legado cultural y civilizador de España”.

En su intervención, Urtasun explicó que la recientemente creada Dirección General de Derechos Culturales tendrá entre sus objetivos luchar contra todas las formas de censura en el ámbito cultural y garantizar un acceso equitativo a la cultura para todos los españoles, con independencia de su lugar de residencia.

En ese sentido, subrayó que los museos españoles muestran a la sociedad la “diversidad” y la “riqueza” del patrimonio cultural de España, al tiempo que “generan conocimiento”, aportan “valor educativo” y “conectan con las preocupaciones” de la ciudadanía.

Esto le sirvió para invitar a los miembros de Vox a “visitar los museos y las bibliotecas” españolas y a ir al teatro. “En lugar de manifestarse ante sus puertas (en referencia a la concentración en el Teatro de la Abadía contra el estreno de ‘Altsasu’) entren en ellos y vean las obras”, apostilló.

Urtasun defendió que los museos españoles “ofrecen experiencias, diversión, difunden conocimiento”, lo que le permitió para retirar su invitación para que los visiten, ya que “tocan de oídas” cuando los critican, y les acusó de “no haber puesto un pie en ellos desde que eran niños y les llevaban a ellos de excursión”.

Luego de defender a los profesionales de la cultura y la Universidad de Salamanca tras los ataques vertidos contra esta institución por el presidente de Vox, Santiago Abascal, dejó claro que durante su etapa al frente del Ministerio de Cultura no impondrá “visiones totalizadoras” en el marco de su ámbito de gestión.

También celebró que la elección de España como sede la próxima Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, Mondiacult, el principal encuentro internacional sobre políticas culturales, evidencia que España es una “potencia cultural global”.

CULTURA ESPAÑOLA

Urtasun acusó a Vox de “no defender ni conocer la cultura española”, como lo atestigua, a su juicio, sus ataques a los profesionales del cine durante la gala de los Goya y retó a sus miembros a que verbalicen qué entienden por cultura española.

Tras afear los “delirios” de este partido en torno a la cultura, reseñó que ésta está conformada por “los trabajadores culturales”, por “el teatro, el cine y las artes escénicas”, por “los creadores que ven sus derechos vulnerados”, por el “sector audiovisual”. En resumen, por “todo aquello que ustedes quieren menospreciar, prohibir, cortar”, remató.

Luego de exclamar “viva la cultura española”, reiteró su invitación a los miembros de Vox para que visiten los museos y acudan al cine y al teatro para conocer de cerca el talento cultural que hay en España. “No les decepcionará”, concluyó.

Previamente, Joaquín Robles espetó a Urtasun que ningún ministro de Cultura en España había fomentado con “tanta claridad” la “hispanofobia”, lo que, a su juicio, se vislumbra en su negativa a “recuperar patrimonio español” y en su querencia a “devolver obras supuestamente coloniales”.

A su juicio, el concepto que el Ministerio de Cultura tiene de “cultura colonial” abarcaría el “nacimiento de la agricultura en el neolítico”, la “filosofía griega”, el “derecho romano”, la “literatura inglesa” y el “marxismo-leninismo”, lo que le sirvió para incitar al ministro a concretar si considera que el acueducto de Segovia y el teatro romano de Mérida son ejemplos de “cultura colonial”.

"BORRAR LA HISTORIA"

Desde su punto de vista, el fin último de Urtasun es “borrar la historia” de España en la línea de una supuesta “élite de izquierda ‘woke’”, de la que el ministro es “un simple peón” que “se ha sumado acríticamente a esta ideología delirante”.

Por ello, consideró que la Dirección General de Derechos Culturales únicamente tiene como fin “la difusión de esta ideología y colocar a esta gente en su ministerio”.

Por último, afirmó que “España necesita un ministro de Cultura que defienda la letra ‘ñ’” de un idioma español que “se persigue y acorrala en el País Vasco y en Cataluña”.