UPA ha instado a todos los ganaderos afiliados a la organización a que exijan a las fábricas de piensos en las que efectúan las compras de alimentación para su ganado bovino un certificado oficial donde se detalle la composición exacta del producto y la garantía absoluta de que el pienso no contiene restos de harinas animales.

Según la organización, si una de las vías de transmisión de la enfermedad de las "vacas locas" es la ingestión de harinas fabricadas con estos de animales enfermos, la responsabilidad última está en las industrias que fabrican este tipo de alimentación y en la Administración, por no controlar la normativa comunitaria vigente, que prohíbe terminantemente la utilización de harinas animales en la elaboración de piensos para rumiantes.

Además, denunció que en la etiqueta que llevan los piensos "sólo se indican los porcentajes de proteínas carbohidratos o grasas del pienso, pero nunca la procedencia de los mismos, por lo que resulta imposibe conocer si el aporte de proteico se realiza con harinas animales o con proteínas vegetales".

En opinión de Andoni García, responsable de los sectores ganaderos de COAG, es necesario realizar un etiquetado "adecuado" de los piensos para el ganado, "para que quede definida cuál es la alimentación del animal", porque "es imprescindible ganar en seguridad alimentaria de cara al consumidor".