Según denunció COAG, las ayudas para paliar la crisis del sector vacuno se han quedado muy lejos de las demandas exigidas por el sector. "Además de la escasa cuantía, unos 14.000 millones de pesetas cuando as pérdidas superan los 70.000 millones, se da la circunstancia de que las ayudas están injustamente repartidas".

En este sentido, explicó que las explotaciones familiares, "las más afectadas por la crisis", han quedado en clara desventaja con respecto a las explotaciones industriales, "porque a las ayudas no se le va a poner tope".

Asimismo, la coordinadora denunció que compensan con idéntico criterio a las grandes explotaciones intensivas que a las pequeñas y medianas explotaciones, "cuando el mpacto de la crisis no guarda esta simetría, dado que el pequeño y mediano ganadero se ha visto en la ruina y en algunos casos tendrá que abandonar su actividad".

Por todo ello, COAG aseguró que el esfuerzo presupuestario ha sido "mínimo" si lo comparamos con el que han realizado otras administraciones europeas "que, como Francia e Italia, siempre han estado del lado de los ganaderos, en unos momentos de crisis sin precedentes, que ha situado a los ganaderos en la ruina económica, en el inmerecido desrestigio social y al borde del agotamiento psicológico".

"Se trata de un paquete de medidas que llega muy tarde, que está muy lejos de lo que necesita el sector y que, además, no se va a repartir de forma proporcionada", concluyó.