En rueda de prensa, Vargas Llosa explicó que ha tardado "tres años y pico" en escribir este libro, pero precisó que en orno a él hay 25 años de "fantasear, divagar y leer sobre el personaje y la época que lo inspira".

El autor de "La ciudad y los perros" indicó que los temas de todas sus novelas nunca han surgido de un acto voluntario, sino que se convierten precisamente en "la fuente de un fantaseo literario", como ha ocurrido con esta última.

Según el literato, la dictadura es una experiencia que comparte toda Latinoamérica, aunque lo que más le ha interesado a la hora de escribir "La fiesta del chivo" no ha sio el fenómeno en sí, sino algunas características. Una de las cosas que más le interesó, dijo, fue la conjura para matar a Trujillo y su fracaso al quedar paralizado el hombre de confianza del dictador por un "terror sagrado" y no culminar la conspiración.

Vargas LLosa señaló que la novela trata de dar una explicación literaria, mediante la fantasía y la imaginación, a qué es lo que hace que un hombre llegue a concentrar un poder de estas características, penetrar en la intimidad de las conciencias y olonizarlas.

El escritor peruano comentó que se ha documentado esencialmente leyendo sobre el personaje lo que le fuera "humanamente posible" conseguir y conversando con muchas de las personas que conocieron al dictador, lo padecieron y tuvieron información sobre su régimen.

"Escribí este libro con la idea de poder mentir con conocimiento de causa. Las novelas no tienen la obligación de decir la verdad. Dicen la verdad a través de la mentira", afirmó Vargas Llosa, quien subrayó que, a pesar de elo, ha procurado ser fiel al ambiente, a la atmósfera y al clima que rodearon la dictadura de Trujillo.