No obstante, Vegara indicó que la revisión demográfica de la Encuesta de Población Activa (EPA) que ha llevado a cabo el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha aflorado cerca de un millón de ocupados más, en su mayoría inmigrantes, afectará a las previsiones de crecimiento económico, que "pueden quedarse obsoletas en los próximos meses".

Al término de su comparecencia cuatrimestral ante la Comisión de Economía y Hacienda para informar sobre la coyuntura de la economía española, Vegara indicó a la prensa que todavía no tiene datos sobre cuál será la revisión del crecimiento económico y que habrá que esperar a que el INE publique el impacto de esta revisión sobre las tasas de crecimiento.

A este respecto, el portavoz de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, estimó que los 230.000 ocupados que han aflorado en el año 2004 aumentarán la tasa de crecimiento del PIB en medio punto, y que los cerca de un millón aflorados desde 1996 tendrán una repercusión de unos cuatro puntos entre ese año y 2004.

En cuanto a la previsión de Miguel Sebastián, responsable de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, de que el crecimiento de la economía se situará en el 4% en los próximos 18 meses, Vegara dijo que más que una previsión es una hipótesis en el supuesto de que la inversión en bienes de equipo crezca durante unos años por encima del 10%.

En su comparecencia, Vegara repasó la situación de la economía y dijo que la demanda interna sigue "robusta" y que se mantiene el vigor del consumo interno, como demuestran los datos sobre ventas de automóviles y del comercio, y la entrada de turistas. Agregó que la construcción mantiene su pujanza y que no se prevé una corrección brusca, y calificó de "dato esperanzador" la recuperación de la inversión en bienes de equipo.

Vegara se refirió a las cuentas públicas y dijo que la evolución de los ingresos y gastos permite ser "optimista" para conseguir el objetivo de superávit del 0,1% de 2005. Sobre la evolución del sector exterior, reconoció que es una de las principales preocupaciones del Gobierno, aunque dijo que hay que "desdramatizar" el déficit corriente y que lo preocupante sería si no se pudiera financiar.

También restó importancia al descenso de la inversión extranjera neta directa en España (las compras menos las ventas), ya que explicó que la mayoría de estas desinversiones no han implicado ni pérdidas de empleo ni deslocalización (en un 78%), porque han sido un mero cambio de titularidad, de manos extranjeras a manos españolas.