Durante su último discurso en la sesión de plenos del Consistorio madrileño tras ocho años en el Ayuntamiento, Villacís remarcó que es una “ciudadana libre” y una “expolítica”, porque afirmó que ya puede “sacar las vergüenzas de todos”.

La vicealcaldesa en funciones reconoció que se marcha con una sensación de “cierta decepción y mucha tristeza” y reclamó a los concejales que se queden en el próximo mandato que “digan las cosas a la cara, tanto las buenas como las malas”.

Cuando la vicealcaldesa en funciones dijo que iba a sacar “las vergüenzas” de todos, fueron muchos los concejales que se miraron sorprendidos, pero cuando vieron que eran anécdotas buenas y palabras de cariño cambiaron los semblantes de los ediles.

Villacís destacó de Pedro Fernández, concejal de Vox, que “cae bien al 95% de los concejales”, por lo que “se puede trabajar con gente de Vox”. Además, valoró el trabajo de las concejales del PP Loreto Sordo, “maravillosa concejal que no ha sido reconocida como se merece”, y Blanca Pinedo, que abandona la política por motivos personales.

En su despedida, se acordó también de José Luis Cueto y José Manuel Calvo “por su gran campaña electoral; de Marta Higueras “por decir siempre la verdad” o de Mar Espinar, quien le mandó “el mejor mensaje en el momento que más lo necesitaba”

Del portavoz de Vox lamentó que “no hemos tenido al mejor Ortega Smith”, pero recordó su “mejor discurso” en los Acuerdos de la Villa y confió en que “vuelva”. De Inma Sanz dijo que es “noble e íntegra”.

Por último, recordó que conoció personalmente al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en el tanatorio cuando murió su madre y que conoció una familia que le apoyaba. “Ojalá esté tu madre viéndote en este 2023”, apuntó.

La vicealcaldesa se despidió del Ayuntamiento y lamentó que la política muchas veces convierte la profesión en “algo extraño” y eso “es malo”. En este sentido, apuntó que “nos hablamos mejor a la espalda que a la cara”. Por ello, “díganse las cosas a la cara”, reclamó.

Villacís se marchó del Pleno pidiendo que “no dependamos de los extremos” y “seamos capaces de reconocer al prójimo” y demandó una sociedad que “sea capaz de darse la mano”.