"Tengo mis propias ideas sobre esto y no me quiero pronunciar", añadió en declaraciones a la Cadena Cope. "Ha sido un duro golpe. Pienso de todo como la mayoría de las personas de este paí. Humanamente, todos mis hijos y yo estamos muy bien, de momento. Luego no sé que puede pasar".

"Esto es terrible. Aquí se vive muy mal y los que vivimos aquí también sabemos a qué nos atenemos en cierto modo. Los que no viven en el País Vasco no se dan cuenta, y duele cuando se piensa que haya gente que nos metan a todos en el mismo puchero porque eso no es verdad. La inmensa mayoría es gente de paz, gente buena y trabajadora, que estamos en contra de todo lo que pasa".

Carmen Heras explicó que yer martes por la mañana "me despedí de él a las nueve menos veinte. Yo tenía que ir a una revisión a la Clínica Universitaria de Navarra y a esa hora salí de casa para irme a Pamplona. Le di un beso y le dije que ya era hora de levantarse, porque tenía una cita a las 9,30 y es la última vez que le vi vivo. Luego le vi muerto".

Su viuda decribió a Fernando Múgica como una persona "muy abierta, muy espontánea, muy viva y muy vital. Era una persona muy inteligente. Estaba como en sus mejores momentos, etaba pletórico, no cabía en sí de satisfacción por su situación mental. Habíamos tenido un nieto, éramos felices. Era muy trabajador y todo el mundo conocía su manera de pensar porque no se lo callaba, como no nos callamos la mayoría de la gente."