Salud y medio ambiente

Vivir cerca de zonas verdes puede elevar la densidad ósea y bajar el riesgo de osteoporosis

- Por la menor contaminación del aire, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Residir en áreas frondosas cerca de jardines, parques y espacios verdes puede aumentar la densidad ósea y reducir el riesgo de osteoporosis debido a los niveles más bajos de contaminación atmosférica en esos espacios verdes.

Esa es la conclusión principal del primer estudio de ese tipo, elaborado por seis investigadores de China y publicado en la revista ‘Annals of the Rheumatic Diseases’.

La osteoporosis debilita los huesos, volviéndolos frágiles y propensos a fracturarse. Puede provocar dolor crónico, disminución de la movilidad y peor calidad de vida. Los investigadores señalan que su prevalencia global, que ya es un problema de salud importante en todo el mundo, aumentará con el rápido envejecimiento de la población y los cambios en el estilo de vida.

Además, esa enfermedad tiene su origen en factores genéticos, hormonales y ambientales. Aunque la exposición a espacios verdes se ha relacionado con menores riesgos de mala salud, no está claro si esto se extiende al riesgo de osteoporosis y en qué medida podría influir la susceptibilidad genética.

Para explorar esto más a fondo, los investigadores analizaron datos de 391.298 personas (con 56 años de media y el 53%, mujeres) que han quedado registrados en el Biobanco del Reino Unido.

Todas esas personas estaban registradas con información sobre su densidad mineral ósea y factores potencialmente influyentes, incluido el origen étnico, el ingreso familiar anual, el nivel educativo, la situación laboral, la zona residencial, el consumo de alcohol, los niveles de actividad física, el tabaquismo y la dieta.

RIESGO GENÉTICO

Su riesgo genético de osteoporosis se calculó utilizando una puntuación de riesgo poligénico. Una medida ampliamente utilizada, llamada índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI, por sus siglas en inglés), que se basa en imágenes de satélite, se utilizó para determinar la cantidad de espacio verde en su zona residencial.

La exposición media anual a los contaminantes óxido de nitrógeno (NO2) y partículas PM2,5 se calculó a partir del código postal residencial y los datos del proyecto Escape, que analiza los efectos a largo plazo sobre la salud humana de la exposición a la contaminación del aire en Europa.

Cada participante fue analizado hasta el diagnóstico de osteoporosis, muerte o el 31 de marzo de 2021, lo que ocurriera primero.

Durante un periodo medio de seguimiento de 12 años, surgieron nuevos casos de osteoporosis en 9.307 personas, sobre todo mayores, mujeres, fumadores y jubilados. También tenían más probabilidades de tener un nivel educativo más bajo y estar en mayor desventaja económica.

Pero surgió una asociación constante entre la cantidad de espacios verdes y nuevos casos de osteoporosis. Los autores estimaron el NDVI unos 300 metros de vegetación residencial disponible en un rango de 300 a 1.500 metros. Con cada aumento de ese índice, encontraron un aumento en la densidad mineral ósea y un 5% menos de riesgo de desarrollar osteoporosis.

“PRIMERA EVIDENCIA”

Los factores moderadores clave en la asociación encontrada entre los espacios verdes y la reducción del riesgo de desarrollar osteoporosis fueron los niveles más bajos de NO2 y PM2.5 en el aire.

Las personas que viven en las zonas más frondosas están expuestas a un riesgo menor porque los árboles y plantas actúan como filtros naturales y eliminan los contaminantes del aire, según los autores.

Ser una persona físicamente activa también se asoció con un menor riesgo de osteoporosis, posiblemente porque vivir en áreas con espacios verdes ofrece más oportunidades para hacer ejercicio.

"Los hallazgos de este estudio presentan la primera evidencia que indica que el verde residencial se asocia con una mayor densidad ósea y un menor riesgo de desarrollar osteoporosis", indican los investigadores.

(SERVIMEDIA)
06 Mar 2024
MGR/gja