Pablo Gil se expresó en estos términos durante el diálogo ‘Perspectivas económicas tras la guerra de Ucrania’, organizado por Servimedia, en el que también participaron el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Domenech, y el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle.

Gil destacó que, aunque se tenga “la sensación de que esto no va a ir a más”, en referencia a la situación que se vive en Ucrania y los efectos en los mercados, puede producirse una “capitulación” por parte de los inversores, es decir, “que dejas de buscar dónde está el suelo”.

En cuanto a recomendaciones a la hora de invertir, el estratega jefe de XTB brokers apuntó a “sectores que representan consumos que no se pueden evitar”, como es el caso de la alimentación, salud y sector armamentístico. Precisamente, sobre este último explicó que, ante el contexto actual, va a producirse un incremento de gasto en porcentaje de Producto Interior bruto (PIB).

Por su parte, el responsable de Análisis Económico de BBVA Research defendió que “en estos momentos de incertidumbre” se reafirma que “la apuesta de inversión bursátil tiene que ser a largo plazo”.

En la misma línea se expresó Daniel Lacalle, quien indicó que “lo que debes tener es siempre una cartera en la que tengas áreas que te protejan contra entornos como este y tengas partes en que inviertas en tendencias a largo plazo”.

A juicio de Lacalle, “uno de los problemas en Europa es que casi nadie tiene oro y dólares”, pese a que son “los frenos” en entornos como el actual. Al mismo tiempo, subrayó que hay que diversificar la cartera, invirtiendo en lo que está “yendo mucho mejor” en bolsa y en lo que está “cayendo”, así como en ámbitos como las energías renovables o la inteligencia artificial.

Asimismo, avisó de que no se puede elegir el momento de entrada como “valle de mercado” porque incluso, si se supiera, cuando llega, “estás tan asustado que no entras”.

Finalmente, Lacalle descartó que el yuan, la moneda de China, pueda sustituir en peso de inversiones al dólar en el nuevo contexto geopolítico, porque es una moneda sometida a “control de capitales” y porque se utiliza en menos del 4% de las transacciones financieras en el mundo. “No tiene sentido”, apostilló.