Así lo planteó, consciente o no de las connotaciones de una expresión como la de “tsunami democrático”, que coincide con el nombre del grupo acusado de terrorismo por sus protestas tras la sentencia del juicio del 1-O, en un mitin de la campaña de Comuns Sumar a las elecciones catalanas en el centro comercial La Farga d L’Hospitalet de Llobregat.

El evento discurrió ante poco más de 100 espectadores, los que cabían en la sala, después de haber tenido que trasladarse allí por la lluvia el evento previsto inicialmente en una plaza de la localidad. Fue su estreno en la campaña, a la que volverá el domingo que viene en un acto en Tarragona y al cierre en Cornellà de Llobregat.

Díaz dio por probado que “la ciudadanía está conmocionada” por la posible dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que, como ayer ante el Grupo de Coordinación de Sumar, atribuyó a “esta ola reaccionaria" que “no viene de ahora”, sino “de los tiempos de Aznar”, desde la que aseguró que “nos llevan arrinconando en todas las instituciones del Estado”.

No obstante, como ante el Grupo de Coordinación, celebró que “hoy tenemos más fuerza que ayer”, porque “España se está movilizando, no para salvar a un partido, no para salvar al Gobierno de coalición, sino para seguir ganando derechos”. Y señaló que hay “una oportunidad de convertir esta campaña en un tsunami democrático para decir que vamos a ganar derechos” como la rebaja de la jornada laboral.

La líder de Díaz advirtió, con las mismas palabras de ayer, de que “esta batalla es de largo aliento”, y de que “nos estamos jugando el reparto del poder” y “distribuir el salario y el tiempo de vida”. Por eso, insistió en pedir a sus simpatizantes “que convirtáis en un tsunami democrático de votos la fuerza” que se ha desatado en la calle ante la posible dimisión de Sánchez, a quien, al igual que ayer, no mencionó en su intervención.

POSICIÓN DIFERENCIADA

“Nadie va a doblegar a este Gobierno que fue legítimamente elegido en las urnas”, garantizó, repitiendo el verbo de ayer. Hoy, además, pidió a los progresistas “que transmitamos que somos más, que se va a respetar la legalidad democrática, que ellos no mandan, que les queda tiempo de oposición”. “Ha llegado el momento, no de estar paralizados en el Gobierno, sino de cumplir con nuestra gente”, insistió, siempre remarcando la posición diferenciada que ha adoptado Sumar respecto al PSOE ante esta crisis.

Díaz tampoco olvidó al PP, a quien espetó que “el ruido es un conjunto vacío”. A su presidente, Alberto Núñez Feijóo, le acusó de estar “golpeando las instituciones todos los días y “convirtiendo la política en un estercolero”. “Basta ya de laminar la política en nuestro país”, le exigió, interpretando que el PP no tiene más propuestas que las “mentiras” y los “bulos”.

Por eso, volviendo a los votantes progresistas, les pidió “que les demos una lección democrática”, aprovechando que “hoy estamos más fuertes que ayer”, cuando “las gentes estaban abatidas, golpeadas”; una situación por la que culpó indirectamente al Gobierno de coalición. “Les dimos pocas buenas noticias, sólo subir el SMI. El mensaje es que tenemos que ir a más”.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo no olvidó recordar que ERC votó en el Congreso de los Diputados contra su reforma laboral “que está mejorando la vida de la gente”, de forma que ésta sólo pudo salir adelante gracias al error en el voto del exdiputado del PP Alberto Casero. “Por sus frutos los conoceréis”, parafraseó el Evangelio de San Mateo.

También respaldó expresamente el rechazo de los Comunes al Hard Rock de Tarragona, que provocó la caída de los presupuestos de la Generalitat y el adelanto electoral, al proclamar que “el futuro no pasa por macrocasinos”. “Uno no es lo que dice, uno es lo que hace”, distinguió para desmarcarse de ERC y del PSC, a quienes recriminó decir una cosa en Madrid sobre su compromiso ecologista y luego hacer otra en Cataluña con este proyecto.