“¿Es posible el acuerdo? Sí que es posible”, se preguntó y respondió Díaz al final de la rueda de prensa que dio desde la emblemática fábrica de Seat en Martorell, de la que dijo que “fue clave para que la reforma laboral saliera adelante”. Antes, había expresado su respeto a todas las fuerzas políticas y “singularmente” a las que esta mañana escenificaron su rechazo a la reforma: ERC, EH Bildu, CUP y BNG.

No obstante, aseguró que todas ellas “desde el precepto uno hasta su última disposición final saben que recuperan derechos para los trabajadores” con el decreto. Y dejó caer una vez más que “es muy difícil decirle que no a un texto que mejora la vida de la gente”.

Díaz reiteró que ella nunca se levanta de una mesa de negociación y tampoco desvela nunca el contenido concreto de las conversaciones, por lo que no detalló qué se está hablando con ERC ni si sería para incorporar modificaciones al texto durante una eventual tramitación del decreto como proyecto de ley o en otras iniciativas legislativas. Pero dejó entrever que se trataría de cambios a futuro, al recalcar que “queda mucho trabajo por hacer en estos dos años de legislatura” y “habrá muchos cambios normativos para los que contaremos con la anuencia de esas formaciones, a la que no muestro más que mi más absoluto respeto”.

“Espero, deseo que lo antes posible podamos decirle a la sociedad, a los trabajadores y trabajadoras de este país, que esta norma no está en riesgo, que no corre peligro y pueda tener continuidad porque mejora la vida de la gente”, emplazó.

A la única pregunta de la rueda de prensa que no versó sobre la reforma laboral, una sobre la posición única que ella atribuyó ayer al Gobierno en relación con la crisis de Ucrania pese a los reproches y críticas de ministros y portavoces de Unidas Podemos, Díaz contestó tirando de manual que “todos los gobiernos en España son mancomunados” y “la voz del Gobierno de España la lidera el presidente Sánchez”.