Díaz culminó un acto de precampaña electoral en La Laguna (Tenerife), donde, al abordar el tema de la vivienda, citó como hacía Iglesias los artículos de la Constitución que supeditan la riqueza al interés general y constató “diferencias” con el PSOE, que hace dos semanas se negó a prorrogar los alquileres. En este punto, dejó claro, en dos mensajes yuxtapuestos muy de Podemos y su exlíder: “Sabemos muy bien a quién representamos y no nos tiemblan las piernas”.

La vicepresidenta también denunció que en Canarias la vivienda es “el objeto de deseo que compran los extranjeros para que siga subiendo”, y, en general, presentó la vivienda como el mayor problema de España junto con el paro, aseguró que el 50% de quienes viven de alquiler “tienen riesgo de pobreza y exclusión social”, y arengó al electorado a votar el 23 de julio “para que esto se acabe de una vez por todas”.

Díaz comenzó reivindicando, como otras veces, que ella acudió a Canarias “cuando había que venir”, cuando se desplomó la economía regional por la erupción del volcán de La Palma. Acto seguido, como gallega, empatizó con los canarios al declararse “hartas de que nos digan que somos la periferia”. “¿La periferia de qué? Somos nuestro propio centro”, corrigió. También en clave regional, subrayó: “No queremos que Canarias sea una colonia turística. Queremos que la juventud canaria pueda vivir en su tierra con dignidad”. Lo hará, dijo, desarrollando “un modelo de producción diferente” al del bipartidismo.

ÉXITOS COMO MINISTRA

La ministra de Trabajo presumió de los datos del paro, con ”la cifra más baja de jóvenes en desempleo de toda la democracia” y 21 millones de ocupados, así como de los ERTE y la reforma laboral por la que "hubo que discutir dentro del Gobierno” porque “decían que iba a destruir la economía”. Para el futuro, prometió prohibir las horas extra no pagadas, y además reiteró su conocida propuesta de reducir la jornada laboral sin bajar los salarios sino subiéndolos.

Díaz insistió en plantear que “lo que nos jugamos en estas elecciones son vuestras vidas”, y que “la política deje de hablar de los políticos y pase a hablar de los problemas de la gente”. Presumió de que Sumar es la “fuerza tranquila”, la única que hace propuestas, mientras “a otros se les conoce por su odio y sus insultos”. No tardaría en concretar que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal, “están llenos de odio” y “no nos hablan de lo que quieren hacer”, porque, según ella, son “los del no” y, odian a los pobres, los precarios, las mujeres y las personas Lgtbi “porque tienen miedo a la libertad".

En una arenga final a la esperanza, la líder de Sumar interpretó que “están cambiando los vientos y hay vientos de remontadas”, por lo que pidió a sus simpatizantes: “Soplad a favor del viento de la remontada. Si lo seguimos haciendo lo vamos a conseguir”. Así, remató, conseguirán que “este hombre al que admiro y quiero sea vuestro representante en el Congreso y siga defendiendo a los trabajadores”: se refería al cabeza de lista por Tenerife, el exdirigente de Podemos Alberto Rodríguez, que le precedió en el uso de la palabra.

Curiosamente, el grito que coreó el auditorio al finalizar Díaz su intervención fue “Sí se puede, sí se puede”, el cántico electoral de Podemos. La coordinadora del partido en Canarias, Noemí Santana, es cabeza de lista de Sumar por Gran Canaria, pero la vicepresidenta no irá a esa isla a hacer campaña, algo que hoy le recriminó en redes sociales la también canaria delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. No obstante, Díaz aplaudió el reconocimiento que hizo de Santana uno de los teloneros, como también el conjunto del público.