En una declaración institucional sin preguntas, el presidente anunció el comienzo del diálogo con ETA " manteniendo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular".

Agradeció la labor de los gobiernos precedentes y aseguró que el proceso se desarrollará "con decisión y prudencia, con unidad y con lealtad, y siempre, siempre, respetando la memoria de las víctimas".

Para lograr la "normalización" del País Vasco, abogó por un gran acuerdo de convivencia que deberá respetar la pluralidad del País Vasco y "en igualdad de oportunidades" para todos, en ausencia de violencia y adoptado libremente por los vascos, de acuerdo a la legalidad vigente.

Aseguró también que el Gobierno mantendrá la vigencia de la ley de partidos, y que trabajará por lograr que todas las fuerzas políticas trabajen dentro de las reglas de juego vigentes.

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