La consultora, entre cuyos clientes figuran el Gobierno austriacoy algunos estados alemanes, ha elaborado a propuesta de la organización Greenpeace un informe titulado "La reparación de Zorita: un nuevo experimento de la industria nuclear", en el que han participado los físicos Helmut Hirsch, Thomas Panten y Detlef Rieck, que trabajó en la Central Nuclear de Greifswald (Alemania) en el grupo de trabajo sobre comportamiento de materiales.

El documento señala que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) minimizó la gravedad de los daños detectados en Zorita, no otorgó l debida importancia al abundante presencia de grietas circunferenciales en las penetraciones de la tapa (las que rodean el tubo) y niega las causas reales de la aparición de grietas.

Según el informe, aunque el CSN lo niegue, existe gran similitud entre el caso de Zorita y las centrales francesas, suecas, suizas y estadounidenses con reactores de agua a presión en las que también aparecieron fisuras, y destaca diversas coincidencias: en todos los casos se trata de reactores viejos de diseño Westinghoue, penetraciones fabricadas con Inconel-600 y la existencia de altas temperaturas bajo la tapa de la vasija.

Por ello, los físicos alemanes mantienen que no parece probable que las grietas se formaran únicamente por un proceso corrosivo motivado en 1980 por una elevada concentración de iones sulfato y que crecieran en intensidad sólo durante el período de parada registrado en 1982 y 1983, como argumenta el CSN.

Respecto a la reparación, aseguran que la reducción del grosor de algunos tubos de 166 milímetros para eliminar las grietas elevan el riesgo de una rotura brusca de los mismos, denuncian la no instalación de sistemas de antieyección en las barras de control y que ni siquiera se considerara como opción el cambio de la tapa, algo que ha sucedido en centrales francesas en las que aparecieron un número inferior de grietas.

Por ello, el informe asevera que las contramedidas aceptadas por el CSN son mucho menos exigentes que las adoptadas en Francia para solventar daños mucho menores.

PRSIONES

Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, manifestó que el documento confirma que "el CSN cedió de nuevo a las presiones de la industria nuclear y antepuso los intereses económicos de Unión Fenosa a la seguridad".

A su juicio, el hecho de que Unión Fenosa iniciara la recarga del combustible antes de conocerse el dictamen del CSN sobre la reparación, que resultó favorable, "demuestra que ya sabían de antemano que les iban a dar el visto bueno".

Bravo afirmó que el Ministerio de Industria yEnergía deberá autorizar el cambio de diseño para que la central comience a funcionar, decisión que calificó de "inconcebible", al tiempo que recordó que un accidente radiactivo en Zorita afectaría a grandes núcleos de población, como Madrid y Guadalajara.

El representante de Greenpeace recordó que en 1993 esta organización publicó un informe en el que alertaba sobre el riesgo que existía de que aparecieran grietas en seis centrales nucleares españolas, entre ellas Zorita, y acusó al CSN de hacer casoomiso de la advertencia.

Asimismo, manifestó que el cierre de Zorita no influiría en la producción nacional de electricidad, ya que aporta menos del uno por ciento del total y aseguró que en España existe un potencial de ahorro de electricidad del 50 por ciento.

Ante esta situación, Greenpeace volvió a pedir al Ministerio de Industria y Energía que no dé su aprobación a las reparaciones efectuadas en Zorita, cancele el permiso de explotación de la central, ordene la inspección de las penetracione de las tapas de las vasijas del resto de reactores españoles con diseño Westinghouse (Almaraz I y II, Ascó I y II y Vandellós II) y ponga en marcha un plan de ahorro de energía.