Esta es una de las principales conclusiones del artículo de investigación ‘Violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes’, elaborado por el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”, a partir de las respuestas de una muestra representativa de 4.004 jóvenes escolarizados, de los que el 51,2% son chicas; el 46,2%, chicos; y el 0,9% se identificó como otros, que se publicó este lunes.

El estudio, que recoge datos preliminares de una investigación más extensa que se presentará más adelante, pone de manifiesto que el 10,1% de los adolescentes ha sido víctima de conductas de control en sus relaciones de pareja.

En el trabajo se pone de manifiesto que las chicas con edades comprendidas entre 14 y 17 años declaran más victimización por violencia de control (13,3%) que los chicos (7,1%).

Los autores del trabajo entienden como violencia de control “aquellos comportamientos donde se limita la relación de la pareja con sus amistades, se le impide reunirse con otras personas o se le revisa el teléfono móvil, entre otras conductas”.

En ese sentido, Noemí Pereda, coautora del estudio, explicó que “esta forma de violencia vinculada a las conductas de control se encuentra muy relacionada con una visión muy tradicional y patriarcal de lo que se supone que es el amor romántico, un modelo de relación en el que se interpreta el control como interés y respeto por la pareja”.

A su vez, el artículo evidencia que el 13,6% de los jóvenes ha sido víctima de algún tipo de violencia en sus relaciones sentimentales; mientras que el 4,8% afirma haberla ejercido contra su pareja, siendo la violencia de control la más común (3%).

Los resultados del artículo también constatan que el 13,6 % de los jóvenes ha sido víctima de algún tipo de violencia en sus relaciones sentimentales, mientras que el 4,8 % reconoce haberla ejercido contra su pareja, siendo la violencia de control la más común desde ambas perspectivas (el 3 %).

Noemí Pereda subrayó que “en muchos casos estas relaciones en las que ambos, chicos y chicas, reportan que controlan a sus parejas son temporales y el modelo del amor romántico desaparece con el paso del tiempo y nuevas relaciones”. A pesar de ello, “en algunos casos esta conducta de control puede escalar a otras formas de violencia más graves, como la violencia física o la sexual”, por lo llamó a “incidir a través de la educación sobre estas concepciones dañinas de las relaciones y el amor que coartan la libertad de los jóvenes y los instan a seguir un modelo de violencia”.

La tasa de perpetración de violencia de control por sexos, el 4,2% son chicas y el 1,9% son chicos. Según Noemí Pereda, este dato, “que puede parecer contradictorio”, se explica en “el modelo educativo que ha primado en los últimos años respecto a la violencia en las parejas adolescentes y que ha generado que muchas chicas sean más sensibles a reportar estas conductas”. No obstante, deslizó que “es probable que los chicos reporten menos sus conductas de perpetración a causa del mayor rechazo social que reciben cuando dicen cometerlas”.