Los juguetes ruidosos pueden provocar trastornos auditivos y cardiovasculares en los niños

MADRID
SERVIMEDIA

Los juguetes ruidosos pueden provocar, si emiten sonidos por encima de los 70 decibelios (dB), trastornos auditivos en los niños que se podrán transformar en pérdida de audición en la edad adulta, además de ocasionar taquicardia, hipertensión arterial o dificultad para conciliar el sueño, según advirtió el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Sociedad Española de Pediatría (SEP).

En declaraciones a Servimedia, el doctor Ortega explicó que, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite máximo en torno a los 65 decibelios, hay juguetes que superan este nivel. “Por ejemplo, un sonajero puede alcanzar más de 80 dB si lo hacemos sonar a unos 30 centímetros del bebé; un móvil de juguete llega a los 90 dB a 30 centímetros del oído del niño y lo mismo ocurre con las pistolas láser que llegan a los 85 dB”.

“Por encima de estos niveles tenemos las escopetas con cartuchos de juguete con 130 dB y los xilófonos de plástico con palillos que registran 110 dB a 50 centímetros del menor. Ante estos datos y a la hora de comprar un juguete hay que tener en cuenta que un niño no es un adulto pequeño”, añadió.

Además, el ruido tiene un claro efecto sobre la salud “y vivimos en una sociedad muy ruidosa”. Según este experto, España es el segundo país más ruidoso por detrás de Japón, “por lo que no le damos al ruido la importancia que realmente tiene”.

“Si a este ruido ambiental añadimos juguetes ruidosos de manera prolongada, el niño comenzará a expresar fastidio, pérdida de atención, dolor de cabeza, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño o bajo rendimiento escolar, entre otros síntomas”, añadió el doctor Ortega.

RUIDO Y EFECTOS CARDÍACOS

La evidencia científica ha demostrado también que el ruido tiene sus efectos en la salud, tanto de niños como de adultos. A este respecto, el especialista de la SEP subrayó que “el ruido no sólo daña el oído, sino que afecta al sistema cardiocirculatorio al provocar taquicardia, elevación de la tensión arterial, aumento de la secreción del estómago y de las hormonas, sobre todo de las suprarrenales como el cortisol que afecta al estrés y la alerta”.

En cuanto a los trastornos auditivos, este experto advirtió de que muchas de las pérdidas auditivas en la etapa adulta se iniciaron en la edad infantil, ya que “esta pérdida es acumulativa a lo largo de los años”.

Para prevenir todos estos riesgos, el doctor Ortega aconsejó “reducir los decibelios por debajo de 70” para mejorar la capacidad auditiva y neurocognitiva de las futuras generaciones. Por ello, subrayó la necesidad de “escapar del ruido cuando sea posible y pasear por el campo para escuchar los sonidos de la naturaleza”.

(SERVIMEDIA)
28 Dic 2017
ABG/gja