Según recuerda el servicio de información de Osoro, el Año Nuevo Chino, que este año tiene como imagen al perro, se hará sentir en los próximos días en distintos barrios de Madrid, pero sobre todo en el de Usera, donde la población china es mayor. Precisamente, la citada parroquia se encuentra en Usera.

“Por iniciativa de su párroco, Daniel Rodríguez, que ha aprendido nociones básicas del idioma para hablar con sus vecinos, se constituyó hace dos años y medio una comunidad china en la parroquia, que cuenta con Eucaristía dominical en su lengua, presidida por un sacerdote compatriota, pero que está perfectamente integrada con el resto de los feligreses –entre los que se incluyen una comunidad boliviana y otra ecuatoriana, además de la local–, con quienes comparten los momentos más importantes en la vida cristiana durante el año como son la Navidad o la Pascua”, continúa el Arzobispado en su web.

“A la primera Misa solo fue uno, ahora van entre 200 y 250 personas cada fin de semana”, recalca, recordando que la de este domingo “será una celebración especial”, pues es la segunda que organizan y la primera presidida por el arzobispo.

La liturgia se impregnará también de esta celebración, pues hay lecturas propias y el celebrante va revestido con el color rojo en una referencia a Pentecostés (el color del tiempo de Cuaresma iniciado el pasado Miércoles de Ceniza es el morado).

En la cita no solo participarán los feligreses de la Soledad, pues se sumará la otra comunidad china de la capital, la de la parroquia de Santa Rita, situada en el barrio de Chamberí.

MÁS QUE IR A MISA

En Usera, los servicios y adaptaciones a la comunidad china no sólo se limitan a la misa de los domingos, pues ya está en marcha la catequesis en lengua china tanto para adultos como para niños y jóvenes. Incluso, añade la información recogida por Servimedia, también tienen un coro y se está poniendo en marcha un grupo de matrimonios.

“Eso sí", puntualiza el Arzobispado, "no se pregunta de qué comunidad son, si de la perseguida, fiel al Papa, o de la patriótica, que obedece al régimen chino”, porque el papa Benedicto pidió a los católicos chinos que no reproduzcan “fuera de su país el sistema que allí vivían”.