Esteve aseguró a Servimedia que ella conoce a Sánchez Camacho "desde hace mucho tiempo" y que la líder del PP catalán "está aprovechando el momento y la ola que recorre Europa para apuntarse al carro y sacar tajada de cara a las elecciones". "Desconoce profundamente el tema de la inmigración", añadió, asegurando que Sánchez-Camacho "ha pisado pocos barrios salvo para enardecer los ánimos en Badalona".

De acuerdo con la portavoz socialista, el padrón funciona como se aprobó cuando el presidente del PP, Mariano Rajoy, era el ministro del ramo, y contempla un flujo de información entre la policía y los ayuntamientos "si hay sospechas de delincuencia", aunque no "para causas no fundamentadas".

A su juicio, la propuesta de Sánchez-Camacho llevaría a un "estado policial" como China, donde el padrón es un "instrumento de control y persecución", no sólo de los inmigrantes sino de todos los ciudadanos. "Ésta no es nuestra propuesta ni ha sido hasta ahora la del PP", apostilló.

Esteve alabó la importancia del padrón tal como está, porque es "un instrumento importantisimo para el conocimiento de los territorios y las personas que viven en ellos" para "plantear políticas públicas de proximidad". Algo "fundamental", aseguró, para que los alcaldes dispongan de una fotografía del territorio y prevean "cualquier problema" que conlleve.

A diferencia de la propuesta del PP catalán, Esteve justificó la intención del Gobierno de mantener el permiso de residencia a los inmigrantes que hayan perdido su empleo pero cuya pareja siga trabajando. Para ella, "no es de recibo penalizar a una persona que está a punto de conseguir la residencia permanente y que ha perdido su trabajo como consecuencia de la crisis", quedando en situación de "irregularidad sobrevenida" aunque está "perfectamente integrado y tiene a sus hijos escolarizados".

Esteve explicó que "hasta ahora no se ha ejecutado ninguna orden de expulsión por este motivo, y que lo que haría este reglamento es reconocer una "situación de facto", estableciendo "una moratoria" para estos inmigrantes, a la espera de que mejore la situación económica. Lo contrario, dijo, sería una verdadera "razzia" contra estas personas, "contraria a todos los derechos humanos".