Los ciudadanos vascos (12.235 euros), navarros (11.748), catalanes (10.642), aragoneses (10.636) y riojanos (10.137) son a los que más les cuesta mantener su aparato local, autonómico y central.

En el lado contrario se sitúan los valencianos (8.455 euros) y los murcianos (8.553 euros), que son los únicos que no llegan a los 9.000 euros por habitante. Tras ellos, los que tienen un menor gasto son los andaluces (9.290 euros), los gallegos (9.435 euros) y los asturianos (9.611 euros).

De esta forma, mientras que en 2009 sólo seis comunidades tenían un gasto medio por habitante inferior a los 10.000 euros, en 2010 esta cifra se ha duplicado y alcanza la docena de autonomías.

En comparación con el año anterior, la mayor reducción en el coste de la Administración Pública la registraron los vascos, con una disminución del 12,2%, seguidos por los navarros con un 8,8%.

En el extremo opuesto aparecen los habitantes de Canarias y de Castilla-La Mancha, donde la reducción fue del 1,7% y del 1,6%, respectivamente.

El informe analiza también la estructura de los Presupuestos Generales del Estado, que destinan un 11,9% a la retribución del personal, 7 décimas menos que en el ejercicio anterior.