Ciencia

El CSIC analiza las enzimas que descomponen los huesos de las ballenas

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estudiará el genoma y las enzimas de los organismos responsables de la descomposición de los huesos de las ballenas en el fondo del mar para crear un producto que elimine los residuos de la industria cárnica y avícola.

Según informó este martes el investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica Manuel Ferrer, “sabemos que en el fondo del océano, donde la temperatura es de tan solo 4ºC, microorganismos simbióticos asociados a invertebrados carroñeros son capaces de descomponer los huesos de las ballenas, a pesar de ser muy resistentes. Y lo hacen en muy poco tiempo. Ese es el objetivo a alcanzar, conocer el microbioma de estos microorganismos y con ello explotar su gran potencial biotecnológico”.

“Cuando una ballena muere y cae al fondo del mar, muchos organismos se alimentan de ella. Primero, aparecen animales marinos que se comen su carne. Más adelante, cuando sólo quedan los huesos, aparecen unos organismos que, por un lado, muerden el hueso y lo descomponen y, por otro, liberan otros microorganismos que se comen el hueso desde dentro”, detalló este experto.

Los investigadores van a utilizar tecnologías genómicas y de biología sintética para identificar, estudiar y producir las enzimas hidrolíticas que descomponen esos huesos de forma natural. El siguiente paso sería obtenerlas en el laboratorio y comercializarlas para revalorizar los residuos generados en la industria cárnica y avícola. Así, se centrarán en descubrir las enzimas con actividad degradadora de hueso y acelerar la transición desde su descubrimiento hasta su aplicación final.

“En la actualidad hay un gran interés en desarrollar nuevas cadenas de valor comercial a partir de los residuos del deshuesado en la industria cárnica y avícola. La hidrólisis enzimática es, en este caso, un proceso de refinado muy atractivo para conseguir nuevos productos con potencial de mercado, como proteínas y aminoácidos. Sin embargo, su desarrollo está limitado por la falta de enzimas comerciales capaces de acceder a los componentes recalcitrantes del tejido óseo”, continuó Ferrer.

La identificación de esas enzimas es clave, ya que se estima que, debido a un aumento de la población en los próximos 30 años, la principal fuente de proteínas del futuro procederá de la industria cárnica y avícola. Según los datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el consumo de carne de vaca, de pollo y de cerdo se incrementará de aquí al año 2050 en un 62%, 104% y 38%, respectivamente.

(SERVIMEDIA)
12 Jun 2018
ABG/caa