Su objetivo es convertir esta fecha en "una oportunidad de reclamar los derechos humanos de las mujeres, pero también los derechos sociales, políticos y culturales de todas las refugiadas, desplazadas, solicitantes de asilo y migrantes" del mundo.

Según la ONG, las mujeres en movimiento, cualquiera que sea su estatuto administrativo, sufren vulneraciones específicas de sus derechos que deben ser atendidas por los países de tránsito y acogida.

En 2017, la ONG realizó un estudio sobre la violencia de género que sufren las mujeres y niñas sirias refugiadas en Líbano y Jordania, que constató la relación entre el desplazamiento y el aumento del maltrato y su salud.

El incremento de matrimonios tempranos, de la violencia intrafamiliar y de las transacciones forzosas de sexo a cambio de bienes o dinero y la falta de acceso a la salud y a la atención psicológica son algunas de sus consecuencias.