“Nosotros siempre ponemos un ejemplo de la pobreza infantil en España: que a un niño se le rompen las gafas y sus padres no pueden comprarle otras”, explicó el responsable de esta agencia de la ONU en declaraciones a Servimedia.

Situaciones como ésta es la que sufren casi tres de cada diez menores de 16 años, según revela la Encuesta de Condiciones de Vida. Aunque se observa una leve disminución de la población infantil en riesgo de pobreza, Unicef asegura que los menores “siguen siendo los más afectados” por la crisis.

Si en 2016 la tasa de pobreza para los menores de 16 años se situaba en el 28,9%, el año pasado pasó a ser del 28,1%, una ligera disminución que tan siquiera alcanza los valores del 2013, cuando era del 26,7%.

La pobreza de los niños y niñas españoles pasa por dificultades para comer suficiente carne y pescado, su ocio “prácticamente no existe” y apenas pueden permitirse unas vacaciones con sus padres o un campamento de verano. Además, a la hora de comprar los libros de texto “es una crisis para la familia” si no cuentan con ayudas.

La tasa total de pobreza es, según los datos actualizados hoy por el INE, del 21,6%, un porcentaje que se sitúa 0,7 puntos por debajo que la del año pasado. Unicef achaca esta recuperación a la mejora del mercado de trabajo, pero lamenta que esta mejoría no está llegando a los menores, y señala especialmente a hijos de familias monoparentales y extranjeros.