Ahora vivirán inmigrantes

El Palacio Valdés, un picadero sexual que compró Madrid al fundador de Iberia

- Es el espacio que el Ayuntamiento de Madrid va a ceder para acoger inmigrantes

MADRID
SERVIMEDIA

El Palacio Valdés de Tres Cantos, donde el Ayuntamiento de Madrid pretende habilitar una residencia para acoger refugiados, fue adquirido por el Consistorio en 1941 a uno de los mayores empresarios de la época y fundador de Iberia, Horacio Echevarrieta, y las crónicas lo sitúan como un ‘picadero’ de los concejales de la Villa en los años 50.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que gestionará la recepción de inmigrantes en este antiguo internado por encargo del Ayuntamiento, ya aclaró ayer que el Palacio Valdés no se trata de ningún "palacete", como se había dicho desde el principio a raíz de su nombre. Sin embargo, su historia hasta convertirse en centro de refugiados sí tiene algo de palaciega y cortesana.

Esta finca rústica, situada en el kilómetro 22,6 de la carretera M-607, tiene una extensión de 2.775.680 metros cuadrados y una superficie construida de 3.227. Su construcción data de 1905 y fue comprada en 1917 por Horacio Echevarrieta, un hombre al que, según el documentalista José Antonio Hergueta, la historia ha olvidado de forma injusta.

“Era uno de los hombres más importantes de España”, aseguró en declaraciones a Servimedia este cineasta que hace ocho años dirigió el documental ‘El último magnate’. Aunque comparte nombre con la producción de 1976 inspirada en la obra de Scott Fitzgerald, cuenta la historia del bilbaíno Horacio Echevarrieta, personaje más cercano a una mezcla entre Rupert Murdoch, Donald Trump y Howard Hughes

A Trump se aproxima por haber construido su imperio tras haber heredado una fortuna de su padre, que poseía varias minas. De Murdoch guarda relación por haber sido propietario del periódico ‘El Imparcial’, invertir en grandes cadenas de radio y por haber sido dueño del mismísimo Palacio de la Prensa, ya que en su faceta de constructor fue impulsor de buena parte de la Gran Vía madrileña.

De hecho, es en el ‘Bar La Prensa’, junto al emblemático rascacielos, donde aún permanece vivo Horacio Echevarrieta gracias a varias fotografías que exhibe este establecimiento. La vena aviadora de Howard Hughes, multimillonario americano y constructor de aeronaves, la demostró cuando en 1927 participó en la creación de la aerolínea Iberia.

“Siempre sabía encontrar huecos para hacer cosas; cuando sus negocios perdían dinero abría otra oficina y empezaba un nuevo negocio”, recordó Hergueta a Servimedia de quien llegó a ser diputado en Cortes en 1903. Incluso el Juan Sebastián de Elcano, el buque insignia de la Armada Española, se hizo en los astilleros que poseía Echeverrieta. Y es que “lo hizo todo”, pese a haber caído en el olvido.

PICADERO DE CONCEJALES

El Palacio Valdés, cuyo nombre rinde homenaje al escritor realista Armando Palacio Valdés, pasó a manos del Ayuntamiento de Madrid el 31 de octubre de 1941, cuando el alcalde franquista Alberto Alcocer adquirió la finca sin darle un uso determinado.

Pedro Montoliú, periodista y Cronista de la Villa de Madrid, recordó en declaraciones a Servimedia que los concejales de entonces le encontraron rápidamente un uso: “sus juergas personales”.

Y es que este palacete, que entonces era el único territorio del Ayuntamiento de Madrid fuera de su término municipal –entonces correspondía a Colmenar Viejo hasta que se creó Tres Cantos en 1991-, sirvió como ‘picadero’ de los ediles franquistas de la Villa, según se decía en los corrillos municipales a los que tuvo acceso Montoliú.

Ya en 1986, con Juan Barranco (PSOE) en el Ayuntamiento de Madrid, la finca de Tres Cantos y el Palacio Valdés se abrieron como centro de naturaleza para los colegios y los particulares que quisieran visitarla, aunque antes el internado del colegio de La Paloma, que se situaba al lado del palacete, lo utilizaba como espacio anexo.

La nueva utilidad del Palacio Valdés, tras haber sido propiedad de uno de los empresarios españoles más influyentes y servir de ‘picadero’ para los munícipes, tendrá un uso humanitario y acogerá a alrededor de 80 refugiados e inmigrantes, aunque el Ayuntamiento de Tres Cantos ya ha advertido de que no tiene licencia para ello al no estar considerado como terreno de uso residencial.

(SERVIMEDIA)
19 Ago 2018
GIC/pai/bpp