Así se pronunció en declaraciones a Servimedia el portavoz de dicha asociación en materia de sueño, Gonzalo Pin, para quien el anuncio “no es suficiente” pero sí una “oportunidad que tienen nuestros legisladores para corregir un error que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial y que ha tenido sus consecuencias”.

Pin subrayó que, a lo largo de toda la historia, “nunca hemos tenido unos horarios tan tardíos” y que, con la supresión del cambio horario “volveríamos un poco a nuestros orígenes y a estar de acuerdo con nuestra latitud horaria”.

En este punto, puntualizó que el ser humano está “programado” para recibir una mayor inundación lumínica a primera hora de la mañana y que tan solo “en los últimos segundos de la historia de la humanidad estamos haciendo lo contrario”.

A este respecto, hizo referencia a varios estudios realizados a nivel internacional que demuestran cómo “jugando con los horarios y favoreciendo la inundación de luz por las mañanas mejora el rendimiento escolar y disminuye la agresividad y la mala conducta dentro del aula”.

HORARIO DE INVIERNO

De otro lado, abogó por mantener el horario de invierno que, a su entender, “nos acerca mucho más, una hora más, a nuestro Meridiano de Greenwich”, lo cual ampliaría las horas de luz por la mañana, algo que este experto estima “muy importante para ajustar los ritmos cronobiológicos tanto de glucosa como de actividad intelectual” al tiempo que permitiría “acortar la inundación de luz por la noche, favoreciendo el descanso y el adelanto de horarios”.

No obstante, Pin incidió en que no se trata de una “panacea” y en que existe una evidente relación entre un alto índice de sobrepeso y obesidad infantil y el déficit crónico de sueño como consecuencia, en parte, de unos horarios tardíos.

“No es solo un tema de acostarnos o levantarnos antes sino de ajustar nuestro horario interno al externo y eso es lo que evita la cronodisrupción entre nuestros relojes internos y externos”, afirmó, para, a continuación, precisar que la apuesta por el horario de verano no sería “demasiado correcta porque estaríamos inundando de más luz a última hora y favoreciendo los horarios tardíos, el déficit crónico de sueño y, con ello, la obesidad y los problemas escolares”.

Finalmente, Pin dijo esperar que, antes de tomar una decisión final, los parlamentos europeos “se asesoren por cronobiólogos y expertos para tomar la decisión más adecuada que mejore la salud de la población”.