Informe mundial

El hambre mata a un niño cada cinco segundos, según la ONU

- Más de 150 millones tienen retraso del crecimiento por este motivo

MADRID
SERVIMEDIA

La desnutrición infantil acaba con la vida de un niño cada cinco segundos en el mundo, lo que supone más de 16.000 menores al día.

Así se recoge en el informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo Presentado este martes en roma, que elaboran de forma conjunta la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), el Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según sus conclusiones, casi 151 millones de niños menores de cinco años de todo el mundo (más del 22%) presentan problemas de crecimiento asociados a la malnutrición, esto es, son demasiado bajos para su edad a causa del hambre.

En 2017, el 7,5% de los niños menores de cinco años del mundo tenían un peso inferior al que les correspondería por su estatura, explicó la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta H. Fore.

Son los que presentan un mayor riesgo de muerte. El impacto de la desnutrición aguda infantil sigue siendo "extremadamente alto" en Asia, con casi uno de cada 10 niños menores de cinco años con bajo peso para su estatura.

Con todo, el retraso en el crecimiento ha mejorado ligeramente respecto a 2016, debido sobre todo a la extensión de la lactancia materna y a la mejora en las condiciones de salud de las mujeres durante el embarazo y el parto.

OBESIDAD

Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, apuntó que “la otra cara de la moneda es el empeoramiento de los datos sobre obesidad adulta.

Más de uno de cada ocho adultos en el mundo (más de 672 millones) está obeso. Las cifras resultan “especialmente preocupantes” en América del Norte, pero África y Asia también están experimentando una tendencia al alza. Y es que el sobrepeso ya no es la malnutrición exclusiva de los países ricos, donde solía afectar a las capas más pobres de la población.

De hecho, el sobrepeso y la obesidad crecen en los países en desarrollo y no solo entre los más ricos.

Según el trabajo, el incremento del sobrepeso entre personas que padecen inseguridad alimentaria e incluso hambre se debe a la falta de conocimientos sobre nutrición, que “les lleva a consumir comida muy elaborada y poca nutritiva en lugar de alimentos frescos”; “el estrés, que puede conducir a atracones de comida muy calórica”, y “la adaptación metabólica, por la que las personas malnutridas absorben todas las sustancias cuando se alimentan.

Además, algunos estudios sugieren que los niños que padecieron desnutrición de pequeños tienen más probabilidad de ser obesos si de mayoress acceden a más alimentos.

En la presente edición, el informe se ha centrado en analizar el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria.

Según sus conclusiones, la variabilidad climática y la exposición a condiciones extremas cada vez más violentas pueden revertir los grandes avances” conseguidos en la lucha contra el hambre y la desnutrición.

“No solo los conflictos armados de larga duración, sino también el cambio climático, nos hacen dar pasos atrás” en el objetivo de logar el hambre 0 para 2030”, advirtió el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

(SERVIMEDIA)
11 Sep 2018
AGQ/pai