El Liceu emitió un comunicado en el que destacó el apoyo de la soprano catalana a la institución y anunció que le dedicará las funciones de 'I puritani' que inauguró este viernes la temporada del Teatro. Se refirió a ella como "una de las sopranos más importantes de la historia y pieza clave de la memoria del Teatro, donde ha cantado casi todo su repertorio, cerca de 50 roles, algunos de los cuales ya han pasado a la historia del Liceu y de la ópera", como 'Norma', 'Salomé', 'Maria Stuarda' o 'La traviata'.

"Caballé no faltó nunca a su cita anual con el público del Liceu, con quien siempre mantuvo una relación y apoyo recíproco, incluso en los momentos más difíciles", continuó la institución, para la que su primera aparición, con 'Arabella' de Strauss en enero de 1962, "no pasó desapercibida".

El Liceu realizó un repaso por su trayectoria profesional, subrayando que el reconocimiento internacional y el “salto a la fama de la ópera” le llegó en 1965, cuando tuvo que sustituir a Marilyn Horne en Lucrezia Borgia en el Carnegie Hall.

“Aquella voz desconocida para todos recibió una larguísima ovación en pie y consiguió sus dos primeros contratos con RCA y con el Metropolitan Opera House de Nueva York”. “Éste fue un papel que le abriría puertas como las del Teatro alla Scala de Milán”, continuó el comunicado, en el que también se reconoce que, desde entonces, la carrera de Caballé “la llevaría a la cumbre de la ópera”, ya que cantó “todos los grandes roles del repertorio”, desde 'Luisa Miller' a 'Salome', desde 'Pamina' a 'Isolde', pero fue “especialmente reconocida” por sus interpretaciones belcantísticas, sobre todo de los grandes personajes trágicos de Donizetti.

El Liceu también alabó su “importante dedicación” a la recuperación de títulos operísticos “que habían caído en el olvido”, entre los que destacó 'Armide' de Gluck, 'Les Danaïdes' de Salieri, 'Saffo' de Pacini, 'La Vestale' y 'Agnese di Hohenstaufen' de Spontini, 'Hérodiade' de Massenet, 'Medea' y 'Demophon' de Cherubini, 'Ermione' e 'Il viaggio a Reims' de Rossini, 'Sancia di Castiglia' de Donizetti y 'La Fiamma' de Resphigi.

Por lo que se refiere a su “extensísima” discografía, se refirió a la grabación de ‘Barcelona’, con Freddie Mercury, que se convirtió “en auténtico himno y la situó a ella y a la ciudad de Barcelona en el punto de mira internacional”. Gracias a esta interpretación, según el Teatro, Caballé “se convirtió no solo en una embajadora del Liceu en el mundo, sino también de Barcelona, especialmente durante los Juegos Olímpicos de 1992”.

Su última actuación en este escenario fue el 3 de enero de 2012, con la Orquesta y el Coro del Liceu y rodeada de “amigos” como Juan-Diego Flórez, Carlos Álvarez, Joan Pons, Josep Carreras y bajo la dirección de José C. Collado.

En la misma línea, el Teatro de la Zarzuela reconoció a través de las redes sociales que este sábado “ha amanecido triste”. “Esta pasada noche se apagó una estrella”, continuó la institución cultural, para la que, “en los muros de este escenario” así como en sus “corazones, resonará siempre su voz y su arte”.

Montserrat Caballé “alimentó nuestras almas y fuimos más felices. Gracias, querida Montserrat. Buen viaje. Montserrat Caballé DEP”, dijo.

En la misma línea, el Teatro Real también quiso despedirse de la cantante, de quien ensalzó su “gran personalidad y voz inigualable para todos nosotros”.

El guitarrista de Queen, Brian May, recordó a Caballé digiriéndose a ella como “querida Montsy” en una publicación en la que también admitió que su figura fue una “inspiración” para todos los integrantes de la banda “pero especialmente para Freddie”. “Tu hermosa voz estará con nosotros para siempre”, concluyó el artista, que acompañó el texto con una imagen de Mercury y Caballé.

Por su parte, la soprano Pretty Yende definió a la soprano fallecida esta madrugada como una “bella alma y leyenda” y trasladó sus “más sentidas condolencias” a la familia de la artista catalana, quien resultó para Yende de “gran ayuda” en el desarrollo de su trayectoria artística.