Las cuatro cabezas más visibles de la formación reaccionaron con furiosos tuits, recogidos por Servimedia, poco después de que la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, anunciara que el Consejo de Ministros aprobó hoy la presentación del recurso, pese a la opinión contraria que le trasladó el Consejo de Estado.

El secretario general, Pablo Iglesias, se quejó de que "el Gobierno sostiene que los representantes de la ciudadanía elegidos en las urnas no pueden pronunciarse sobre lo que dice o hace un jefe del Estado que ha llegado al cargo por su apellido, sin pasar por las urnas", y remachó: "Es hora de abrir un debate sobre el futuro de nuestra democracia".

La portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, adjuntó un corte de la intervención de Celaá y arremetió: "La ministra Celaá al habla desde el siglo XV. Que la monarquía y su corrupción no se debaten. Que los Reyes además de magos deben ser Jefes de Estado y y que es mejor que el cargo te toque por ser hijo de otro Rey a que lo elijan los ciudadanos. Madre de Dios, lo que hay que oir"

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, señaló que "el Consejo de Estado (un órgano claramente conservador) dice lo obvio: que la resolución del Parlament sobre Felipe VI no tiene efectos jurídicos y, por tanto, no cabe recurso. El Gobierno del PSOE dice que recurrirá igualmente". Y remató con sarcasmo poniendo voz al PSOE: "A sus pies, majestad".

Por su parte, la portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, Ione BelarraBelarra comentó que "el Rey condicionó su futuro al futuro del Partido Popular con Cataluña. Ahora el PSOE parece determinado a condicionar su futuro al de la Monarquía. Es incomprensible, un país moderno necesita una Jefatura del Estado elegida democráticamente y no por descendencia".

Podemos ya se enfrentó con su aliado parlamentario por causa del Rey cuando el PSOE unió sus votos esta semana a los del PP y Ciudadanos para rechazar una comisión de investigación sobre las actividades económicas del Rey emérito posteriores a su abdicación, cuando a juicio de Unidos Podemos ya no era inviolable.