Según los responsables de la iniciativa, la financiación e inversión verde y sostenible es un fenómeno en alza entre ciudadanos y prescriptores, acelerado e impulsado a raíz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y los Acuerdos de París, con propuestas y compromisos concretos en cuanto a la descarbonización del planeta y la reducción del calentamiento global, así como con otros logros sociales de igualdad y protección de derechos.

"Como consecuencia de ello, los distintos agentes y operadores financieros y las empresas están desarrollando nuevas fórmulas financieras verdes y sostenibles, en los mercados de capitales y en el crédito en sus distintas variantes, o en relación con la inversión y el ahorro, dando lugar a innovaciones, tendencias y estrategias que afectan no sólo a su reputación, sino también a su valoración y comportamiento en los mercados de capitales, y al acceso a los recursos financieros y las condiciones en que se facilitan", indicó Guía de la Financiación Empresarial.

El Mapa de la Financiación Verde y Sostenible irá actualizándose con contenidos relativos al desarrollo de estos instrumentos financieros, lo que opinan los expertos y entrevistas con representantes de las entidades líderes en la financiación e inversión verde y sostenible.

CATEGORÍAS

El Mapa se divide, entre otras categorías, por entidad bancaria, operadores de mercado, emisores de bonos verdes, agencias de 'rating', calificación o certificación, financiación pública, colaborativa, asesor estratégico, financiero o legal, gestor de fondos con criterios ESG, escuelas de negocios o centros académicos.

Según Guía de la Financiación Empresarial, en 2017 se realizaron emisiones de bonos verdes, la fórmula más extendida, por 155.000 millones de dólares, a través de 1.500 emisiones y 239 diferentes emisores de 37 países, y la previsión para 2018 alcanza de 250.000 a 300.000 millones de dólares, y un billón de dólares para 2020.

Esta nueva iniciativa incluye los principales emisores españoles de este tipo de bonos, también de bonos sociales o sostenibles, y las entidades que les asesoran y otorgan la calificación verde para sus emisiones.

Las entidades bancarias más activas o sensibles aparecen también en el Mapa de la Financiación Verde y Sostenible, en particular las que vienen desarrollando un recorrido específicamente verde en sus créditos que está dando lugar a un segmento calificado como “créditos verdes”, de más reciente desarrollo.

Se incluyen también entidades del lado de los inversores, en el que ya son numerosos los fondos de inversión y de pensiones que destinan una parte de su cartera a activos y empresas verdes y sostenibles, por un importe total próximo a los 50 billones de dólares, administrados con criterios ESG (Environmental, Social and Governance), es decir activos y empresas sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, con una responsabilidad social y con buenas prácticas de gobierno corporativo.