En su intervención, en un escenario acompañado por la bandera de España, las de las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas y los artículos 1 y 2 de la Constitución, Garrido dijo que es preciso también “defender los símbolos nacionales que, como la bandera, representan los vínculos que unen a los españoles, así como mantenernos vigilantes para que la discordia que algunos quieren sembrar no arraigue en nuestra sociedad”.

Asimismo, manifestó que la Constitución “ha hecho posible la etapa más brillante de nuestra historia, la mejor España que hemos conocido nunca, con muchas más luces que sombras” y aseguró que “lo mejor está por llegar”.

En su discurso en la recepción ofrecida hoy en la Real Casa de Correos, Garrido señaló que “la positiva experiencia de la Comunidad de Madrid confirma que, cuando se aplica desde la lealtad a España, el modelo territorial definido en el Título VIII de la Constitución puede representar un elemento de fortaleza del Estado, en el que la fuerza de las partes se convierte en la solidez del conjunto”.

Puso a la Comunidad de Madrid como ejemplo del “éxito que reporta asumir y sentir como propios los proyectos de todos los españoles, así como sus éxitos y sus preocupaciones” y añadió que “ese ser más España nos ha ayudado a ser más Madrid”.

“El ingreso en las instituciones europeas, la incorporación del euro, la superación de dos crisis económicas muy profundas, la derrota del terrorismo, o el desarrollo del Estado del Bienestar”, han sido ejemplos que enumeró el presidente como testimonio “de cómo los españoles hemos sabido aprovechar las oportunidades que la Constitución nos brinda para transformar y mejorar la realidad de España como Estado avanzado y, sobre todo, como sociedad de nuestro tiempo”.

Destacó que nuestra Constitución “sigue siendo un magnífico programa de convivencia y de superación, para el presente y para el futuro”.

A su juicio, “ser coherentes con ese programa implica reconocer también la importancia decisiva de la Corona, que en todo momento ha sabido entender y acompañar a la sociedad española, en profunda sintonía con ella”.

Asimismo, se refirió a la reforma de la Carta Magna y defendió que “la más necesaria sería aquella que se orientase a que nadie pudiera manipular las instituciones autonómicas para socavar la lealtad de sus ciudadanos a la gran nación de la que todos formamos parte, y en cuyo seno hemos compartido todos estos avances”.

También advirtió de que “cualquier cambio que se acometiese tendría que plantear soluciones útiles y aceptables para todos, propiciando así el nivel de consenso requerido en la propia norma para su modificación, y nunca como cesión ante aquellos que lo que quieren es precisamente burlar la Constitución”.

Por otro lado, el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes, dijo que la celebración de la Constitución es la “principal fiesta civil” de todos los españoles y que estos 40 años son los “mejores de la historia de España, en términos de paz y prosperidad e igualdad”.

“Soberanía nacional y sufragio universal han ido de la mano”, añadió.

Afirmó que la Carta Magna es la “norma de convivencia que materializa la ética pública compartida” e indicó que “también es una forma de vida”.

A su juicio, la Carta Magna de 1978 es una “respuesta muy positiva a los viejos fantasmas de nuestro pasado remoto reciente”. También defendió la “recuperación de la idea del respeto” y habló de la necesidad de “desterrar las fobias”.

Durante el mismo acto se llevó a cabo una interpretación musical a cargo del grupo Trío Arbós -con piano chelo y violín- y del cantaor sevillano Rafael de Utrera. Interpretaron los temas enlazados La Tarara y La leyenda del tiempo, adaptaciones a los textos de Lorca que aparecieron en el disco de Camarón ‘La Leyenda del Tiempo’, publicado en 1979, coincidiendo el mismo año de la aprobación de la Constitución.