Ciencia

Las capacidades cognitivas propiamente humanas se desarrollan durante la fase embrionaria y la infancia

MADRID
SERVIMEDIA

Las capacidades cognitivas específicamente humanas se desarrollan en el período embrionario y en la infancia, según concluye un estudio internacional publicado en la revista ‘Science’, liderado por la Universidad de Yale y en el que han participado cuatro investigadores del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF).

A partir de un estudio con cerebros de seres humanos, macacos y chimpancés, los investigadores identificaron dos períodos de desarrollo neurológico (la fase embrionaria y la infancia) que nos diferencian del resto de primates y que pueden dar lugar a la aparición de capacidades cognitivas propiamente humanas, como la habilidad para el aprendizaje, la memoria y la percepción sensorial.

“El feto humano desarrolla su cerebro durante más tiempo que los macacos, superándolo en varias semanas. El sistema neuronal de los infantes humanos además madura más lentamente y durante más tiempo que el de los macacos”, explica el profesor de investigación en la UPF y director del Instituto de Biología Evolutiva, Tomàs Marquès-Bonet, quien es además uno de los autores del estudio junto con David Juan, Luis Ferrández y Paula Esteller, del mismo centro.

“Esta maduración más pausada podría aportar una mayor plasticidad neuronal a los humanos durante su infancia, permitiendo una mayor habilidad para el aprendizaje, la memoria y la percepción sensorial, todos rasgos de una capacidad cognitiva del más alto nivel”, indica.

Para identificar el origen de la divergencia entre especies, los investigadores analizaron a nivel de neuronas individuales casi 800 muestras de tejido de 16 regiones del cerebro en cerebros prenatales y postnatales procedentes de 26 cerebros de macaco, 36 de humano y cinco de chimpancé, indica el CSIC en una nota.

La investigación también reveló que diversos genes relacionados con el riesgo de padecer trastornos neuropsiquiátricos muestran diferencias en su expresión en humanos y macacos. En particular, los genes relacionados con la aparición del autismo, el trastorno de déficit de atención (TDA), la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión, el alzhéimer y el párkinson parecen diferenciarnos de nuestros parientes más cercanos, por su diferente forma de expresarse. “Estos genes apuntan a periodos de desarrollo concretos, arrojando luz sobre cómo y cuándo pueden aparecer estos desórdenes en humanos”, añade Tomàs Marquès-Bonet.

(SERVIMEDIA)
14 Dic 2018
ARS/caa