La ESA cree que la misión Chang’e 4 a la cara oculta de la Luna avanzará hacia la “madurez técnica” para futuros aterrizajes

- La meta de la Agencia Espacial Europea es crear una base “sostenible” con presencia de humanos y robots que podría ser una realidad en 2030

Madrid
SERVIMEDIA

La Agencia Espacial Europea (ESA) considera que los resultados que aporte la misión de la sonda china Chang’e 4, que alunizó con éxito en la cara oculta de la Luna y que este jueves comenzó a realizar sus investigaciones científicas programadas, “avanzarán hacia la madurez técnica para futuros aterrizajes robóticos y humanos”.

Así lo manifestó, en declaraciones a Servimedia, el astrofísico de la ESA y director del grupo lunar internacional ILEWG, Bernard Foing, quien adelantó que el siguiente paso será el retorno de muestreo de Chang’e 5 y 6.

Chang’e 4 aterrizó en el cráter Von Kármán, dentro de la cuenca del Polo Sur-Aitken, que tiene 2.500 kilómetros de ancho y 12 kilómetros de profundidad. “Es la estructura de impacto más grande, profunda y antigua de la Luna”, precisó Foing, quien agregó que este alunizaje “puede haber expuesto a la superficie material del manto superior con una firma geoquímica de rocas y suelos” que el espectrómetro de imagen visible y de infrarrojo cercano de Chang’e 4 "puede medir".

El radar de penetración en el terreno del rover, similar al de Chang'e-3, proporcionará, a su juicio, “otra mirada” a unos 100 metros debajo de la superficie, “sondeando la profundidad del regolito y buscando estructuras subsuperficiales”.

El lado opuesto, libre de ruido de radio terrestre, también “abre”, según este experto, “una ventana totalmente nueva para radioastronomía de muy baja frecuencia, prometedora para la cosmología futura y las observaciones astronómicas”.

En este punto, Foing se refirió al concepto de “aldea robótica lunar con usos y usuarios múltiples” propuesto por Europa y señaló que una de las metas es la creación de una “base sostenible y durable con presencia de humanos y robots” que podría empezar a construirse 'de facto' el año próximo y comenzar a funcionar en 2030.

La instalación de esta base lunar presenta, a su entender, “varios desafíos”, ya que exigirá cohetes “seguros y asequibles”, así como infraestructuras de apoyo, aterrizaje de naves espaciales “más grandes”, sistemas de soporte vital además del uso de recursos locales como suelo y hielo polar.

Todo ello, sin olvidar la necesidad de garantizar la “supervivencia y asociación entre robots y humanos” y de impulsar la participación de “múltiples usuarios” para facilitar una presencia “permanente y sostenible de la humanidad en la Luna”.

Entre sus proyectos, la ESA también colabora con EEUU con un módulo de servicio para la cápsula Orion, la próxima nave tripulada con capacidad para cuatro tripulantes que la NASA enviará al espacio en los próximos años.

(SERVIMEDIA)
10 Ene 2019
MJR/caa