Así lo indicó en una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, en la que afirmó que los españoles tienen que sentirse orgullosos de la democracia que hay en España. “Estoy orgullosa de España y de nuestra democracia, una democracia en la que cabemos todos y no hay buenos ni malos y no hay unos de bien y otros de mal”. “Lo único que ocurre es que hay que escucharse, razonar, hablar”, remarcó.

En este sentido, consideró “impensable que hubiéramos visto a Fraga y a Carrillo llamándose traidores”, y lamentó que “se han perdido las formas”. Por ello, apuntó que “lo importante es escucharse”, porque “esto parece un guiñol de los que viene la bruja”.

La alcaldesa de Madrid señaló que algunos partidos de la oposición piensan que ha hecho mal el partido del Gobierno manteniendo conversaciones con la Generalitat de Cataluña, pero agregó que “si les parece mal, que digan por qué”, porque “no se puede de repente obviar la razón, obviar la capacidad de análisis”.

DEFIENDE EL MEDIADOR

Respecto a la figura del mediador o relator en la mesa de partidos de Cataluña, Carmena recordó que en España se han resuelto “muy bien” conflictos “enormes y terribles”, como el del terrorismo de ETA, por lo que demandó que se mire cómo se han resuelto.

Destacó que se resolvieron “aplicando la ley, porque es imprescindible”, pero también hablando, razonando, escuchando y pidiendo ayuda a organismos de todo tipo, ya sean nacionales o internacionales, "que ayudan a que el diálogo sea más fácil”. “Es una receta tan sencilla, pero al mismo tiempo tan bonita y tan hermosa, porque nos permite de verdad entendernos”, aseguró la regidora madrileña.

Pregunta por si aceptar un mediador no es aceptar el discurso de los independentistas, la alcaldesa de Madrid contestó que “por supuesto que no”, porque “en el mundo hay cada vez mecanismos más preparados para ayudar al diálogo, ayudar a resolver las dificultades en las conversaciones, para establecer bien los puntos a partir de los cuales se van a desarrollar los diálogos”.

A este respecto, continuó que hoy en día todo lo relativo a la mediación, la capacidad de diálogo, la capacidad de transacción, “forma parte de una de las disciplinas más interesantes que hay en el mundo”, por lo que se preguntó “¿por qué vamos a prescindir de ella?”.

DESPRESTIGIO DE LAS INSTITUCIONES

Sobre el posible desprestigio que puede suponer la figura del mediador para las instituciones españoles, Carmena apuntó que el que piense eso no entiende lo que significa hablar o lo que significa dialogar. “Jamás la autoridad pierde su posición si la autoridad actúa con autoridad, y cuando la autoridad escucha y hace todo lo posible por entender a quien está en contra de la autoridad, no se desprestigia, sino que se humaniza”, comentó.

Por ello, indicó que la política “hay que humanizarla”, porque “no es una estructura puramente formal”, sino que “es lo que permite a todos el que vayamos generando unas condiciones de vida que nos permitan a todos mejorar nuestra vida individual”. Para ello, “hay que humanizar la política, hay que escucharse y, si alguien nos puede ayudar, jamás la autoridad deja de ser autoridad cuando sabe ser autoridad”, concluyó.