Así lo indicó durante la mesa de debate ‘La labor notarial, como espacio de libertad y justicia’, donde apuntó que “no nos conformamos con que las leyes sean justas, sino que se tienen que cumplir con justicia”. “Esa es nuestra razón de ser, la cercanía con las personas y sus necesidades, además de la capacidad de captación de esas problemáticas y necesidades dentro del nivel legislativo", buscando que las personas se puedan desarrollar en un ámbito de libertad y justicia.

Marqueño destacó la labor de su organización y valoró la convocatoria de actos de “gran importancia y relevancia” como el celebrado este martes en Servimedia, donde “se puede dar a conocer a la opinión pública internacional el valor notarial gracias a los 88 países que represento, colaborando en el desarrollo de personas e intereses en paz y libertad”.

Por su parte, el presidente del Consejo General del Notariado, José Ángel Martínez Sanchiz, comentó que España “es un ejemplo de justicia y libertad”, además de ser donde “más plenamente se vive en democracia y mayor desarrollo tienen las libertades”.

En este sentido, señaló que los notarios pueden contribuir de manera “modesta e importante”, porque las personas “depositan su confianza y se consigue un efecto que es importante resaltar”. “El notario asume los valores humanos que recoge la Constitución como la igualdad de trato" y la no discriminación por "razón de raza, sexo o discapacidad”. “A través de la actuación notarial, trabajamos para que no haya discriminación. La actuación notarial nos une y es un vehículo de unión social”, concluyó.

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la UINL y directora de la Fundación Aequitas , Almudena Castro-Girona, remarcó que “el notariado es autoridad” y “permite el ejercicio de derechos a las personas con discapacidad”. “Si hay una autoridad que está relacionada íntimamente con las personas es el notariado, porque vertebra y permite que se den los derechos en igualdad”, por lo que defendió que “es imprescindible” la figura del notariado.

En su intervención, la presidenta de la Cámara de Notarios de Costa de Marfil, Yolande Foldah-Kouassi, habló de los niños sin identidad, lo que supone un “problema de gran relevancia” en su país, que “viene dado por la pobreza, la inmigración y la desigualdad jurídica” y cifró en 1,3 millones los niños sin identificar.

Además, lamentó que muchos padres abandonan a sus hijos nada más nacer y que muchos de los progenitores incluso “sufren rechazo por el resto de sociedad”, razón por la que “muchos funcionarios no dan certificados de nacimiento”. En este sentido, apuntó que están trabajando para que los padres obtengan los certificados de nacimiento gratis y que los notarios reciban también estos papeles.

Por su parte, la vicepresidenta de la Unión Internacional del Notariado, Sigrun Erber-Faller, se refirió a la discriminación de la mujer y lamentó que hoy en día “hay muchas situaciones en las que si la mujer no adquiere la propiedad pierde seguridad económica en el momento del divorcio y no son conscientes”. “Hay que informar a las mujeres que no les da igual si compra él o compra ella. Hay que tomar una decisión responsable. No es aconsejable que dejen la decisión a su marido y no se ocupen de su propia situación”, remarcó.

Además, señaló que existe la idea en muchos padres de familia de transferir la propiedad a su hijo mayor y no a la hija. Sin embargo, “muchas mujeres tienen formación suficiente para trabajar en la empresa de la familia”. “Si la familia tiene inmuebles, la gente da la propiedad sin compartir a todos los hijos y las hijas se sientes desfavorecidas”. “Esta situación no es buena para las familias”, por lo que recomendó hacer testamento porque “no puedo forzar a la gente a hacer declaraciones que no quieren, pero trato de abrirles los ojos de las consecuencias posibles”, aseguró.

Por último, la representante de la Cámara de Notarios de Indonesia explicó que su país tiene un sistema jurídico de base latina, donde se protege a los menores, el derecho de los civiles y donde la Constitución protege a todas las personas. Destacó aspectos como la discrepancia en la mayoría de edad en su país, que dependiendo de la región se sitúa en 16, 17 o 21 años, lo que dificulta la labor de los notarios.