La firma de calificación de solvencia ve poco factible que dichas divisiones políticas puedan afectar "significativamente" a las perspectivas económicas a corto plazo gracias a su buen desempeño, pero alerta sobre la repercusión más adelante por los propios desequilibrios que arrastra.

S&P asigna al Reino de España una calificación, no solicitada, de 'A-/A-2' con perspectiva positiva y considera que probablemente no dicha nota se verá afectada por los acontecimientos recientes en alusión al bloqueo de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 y que haya precipitado la convocatoria de elecciones para el próximo 28 de abril.

Sus dudas surgen ante la convicción de que los resultados de los comicios no "entregarán un mandato efectivo al próximo Gobierno" de manera inmediata, de forma que será "poco probable" que los "desafíos" del país, tales como el alto desempleo estructural y un "déficit sustancial" de la Seguridad Social, se resuelvan en el corto plazo.

La firma reconoce que estas divisiones políticas "no han frenado el crecimiento económico" hasta ahora y la economía "está funcionando bien", hasta el punto de que pese a la desaceleración que prevé augura que registrará tasas aún "por encima" del promedio de la eurozona en los próximos tres años. El "sólido desempeño" refleja, a su juicio, las ganancias de competitividad conseguidas, incluso por las reformas laborales del ejercicio 2012 .

Sin embargo, alerta de que la posibilidad de una coalición de gobierno "débil" siembra dudas sobre el ritmo de la consolidación presupuestaria, que augura lento en el futuro, especialmente en ausencia de un enfoque político más decidido para abordar el problema del sistema de la Seguridad Social.