Día de la Justicia Social

El comercio justo, clave para combatir la pobreza desde una perspectiva integral

- Según un estudio que analiza el caso de Bangladesh

- La Coordinadora Estatal de Comercio Justo publica un informe con motivo del Día Mundial de la Justicia Social

Madrid
SERVIMEDIA

El comercio justo se ha revelado como una herramienta clave para combatir la pobreza no solo desde el punto de vista económico sino desde una perspectiva “integral” y tratando de combatir sus distintas caras. Así lo indica el informe ‘El Comercio Justo y la erradicación de la pobreza. El caso de Bangladesh’, publicado este miércoles por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo coincidiendo con el Día Mundial de la Justicia Social.

Basándose en información de organismos internacionales, constata cómo esta práctica contribuye a reducir la pobreza y, con ello, a avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas.

Como ejemplo, el informe analiza el caso de la organización artesana BASE, de Bangladesh, que se dedica a la producción de cestas de yute, artículos de textil, decoración y calzado y da trabajo a 10.000 personas, el 90% mujeres, en muchos casos con discapacidad física o psíquica, que desarrollan su labor en condiciones dignas.

Organizados en 17 grupos de producción en distintas zonas del país, los trabajadores obtienen una remuneración de unos 10.000 takas (unos cinco euros al día), lo que les permite mantener una vida digna gracias a un salario que supone el doble del mínimo legal en el país y la organización les facilita, además, acceso a servicios básicos como salud, educación o créditos.

BAJOS SALARIOS

Según el informe, financiado por la UE, el 40% de la población de Bangladesh vive en la pobreza pese al aumento de la exportación de textil, que supone el 80% del total. La economía de Bangladesh crece a un ritmo “cinco veces superior al que se reduce la pobreza”, destaca la coordinadora que, entre las causas, apunta que el crecimiento se ha hecho “en base a competir en bajos salarios y con escasas inspecciones laborales”.

Aunque en los últimos años ha mejorado la seguridad en las factorías, las condiciones salariales y la libertad sindical “no parecen haber progresado tanto” según la investigación, que también denuncia cómo, pese a su aumento, la inflación ha hecho que los salarios sigan siendo “insuficientes”, por lo que los sindicatos instan a triplicar el salario mínimo legal, que actualmente se sitúa en unos 55 euros mensuales.

“Al final, la clave para que el comercio contribuya a la reducción de la pobreza está en que se trate de un comercio que genere valor en el país productor y que ese valor se distribuya lo máximo posible”, asevera la coordinadora.

A este respecto, aunque admite que las iniciativas de comercio justo tienen margen de mejora, la coordinadora considera demostrado que 1.000 euros de compra en condiciones de Comercio Justo “generan muchas más oportunidades de desarrollo e implícitamente reducen más la pobreza, que los mismos 1.000 euros en forma de compras convencionales” y, a pesar de ello, esta práctica “no representa ni el 1% del comercio internacional”.

En todo el mundo existen más de 1.500 organizaciones productoras de Comercio Justo y el hambre actualmente afecta a una de cada nueve personas en el mundo. Más de 800 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día y muchas carecen de acceso a alimentos, agua potable o saneamiento adecuados.

POBREZA EXTREMA

El 80% de ellas se concentran en el sur de Asia y el África Subsahariana y en los últimos tres años las cifras han regresado a niveles de hace una década y han empeorado especialmente en América del Sur y gran parte de África, según el informe, que también denuncia la pobreza extrema que afecta a 650 millones de personas, el 11% de la población mundial.

El informe subraya también cómo el 52% de la tierra empleada para la agricultura se ha visto moderada o gravemente afectada por la degradación del suelo, una actividad en la que trabajan y de la que dependen directamente 2.600 millones de personas.

Ante esta realidad, desde el movimiento del Comercio Justo proponen la necesidad de un “cambio de modelo global”, así como de desarrollar una economía “al servicio de las personas y del medio ambiente”, frente al modelo que prioriza el beneficio económico.

“El crecimiento económico per se no genera un desarrollo equitativo de la sociedad global”, matiza la plataforma, que en su nueva Carta del Comercio Justo denuncia el “fracaso” del modelo neoliberal de libre comercio y apuesta por el comercio como una actividad de “intercambio real de bienes, como una interacción entre personas basada en el respeto, la transparencia y el diálogo”.

(SERVIMEDIA)
20 Feb 2019
MJR/gja/caa