Sánchez denunció, en la inauguración de la cumbre empresarial contra la pobreza infantil, que esta realidad “no puede ser negada y no puede ser ignorada” y de ahí que en su Gobierno hayan apostado por dar “visibilidad” a este fenómeno que afecta a más de 630.000 niños, un 7,5% del total; o a más de 2,3 millones, si se trata de la pobreza "moderada".

El presidente calificó de “intolerable” que en un país como España con este nivel de PIB se den esas cifras y existan “niños que arranquen su camino en la vida con una losa en la mochila o unas suelas pesadas en los zapatos”. Es intolerable, insistió, ya que “el rostro de la pobreza es infame pero mayor aun en un ser humano que no ha comprendido todavía la dureza de la vida".

Denunció que esta es una “emergencia social que no ha dejado de crecer ante nuestros ojos” y, por eso, el Gobierno “recogió el guante” del Congreso que aprobó, en una proposición no de ley, instarle a que tome medidas. El Ejecutivo, dijo, a través del Alto Comisionado contra la Pobreza puso sobre la mesa una serie de medidas –a través de los Presupuestos Generales del Estado- que no logró el respaldo necesario.

Así, señaló que “el precio de la inacción de hoy, implica un sobrecoste social para el mañana”, por lo que “no podemos aplazar decisiones” como sociedad”. “La pobreza no puede lastrar la educación” y se negó a reconocer que un niño “fracasa” a los 12 años, y se preguntó si habría que hablar del “fracaso de nuestra sociedad”.

Además de la Educación, el rostro de la pobreza se ve en la Sanidad pública. Es “vergonzoso” que haya un niño con “carencias” sanitarias, y destacó que la “malnutrición” y “obesidad infantil” se detectan más en hogares pobres. “Escatimar recursos” hoy, añadió, supone “un coste añadido en el futuro”.

En este sentido, el presidente insistió en que la lucha contra la pobreza infantil tiene que ser una “prioridad política de primer orden”. “Puede haber tratamientos ideológicos diversos, pero no debe haber divergencias en fines ni en la necesidad de actuar. Disentir en el cómo es licito, disentir en el qué es inaceptable. De todas las políticas posibles, solo hay una que garantiza el fracaso: no hacer nada y fingir que el problema no existe o se resolverá solo”, reflexionó.

Este evento, celebrado en la Fundación Telefónica, congregó a representantes de instituciones y empresas contra la pobreza, entre ellos la esposa de Sánchez, Begoña Gómez.