Así se manifestó Tardà ante las preguntas del abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Andreu Van Den Eynde, durante su declaración como testigo. Tardà aseguró que la “sorpresa e intimidación” surgida tras los incidentes del 1-O “no solo afectaba a aquellos que habían sufrido la violencia, sino a cualquier demócrata”.

Como ejemplo, continuó, “alguien tan alejado de nuestras ideas” como la portavoz de entonces del PSOE Margarita Robles registró en el Congreso de los Diputados “una demanda urgente de interpelación a fin de reprobar a la vicepresidenta del Gobierno español, la señora Sáenz de Santamaría, por la represión del 1-O”.

Sin embargo, agregó, “todo cambió” cuando el rey Felipe VI pronunció el discurso del 3-O, en el que para Tardà “se legitimaba el 'a por ellos'”. De esta manera, se produjo un escenario que calificó de “surrealista” porque el PSOE retiró la interpelación y “estas mismas personas ahora en el Gobierno publicitan ante el mundo que los hechos del 1-O son una noticia falsa”. Esto, explicó, “no casa" con el “movimiento político de gran envergadura” que hizo la actual ministra de Defensa presentando dicha interpelación.

Ante las preguntas sobre las protestas del 20-S, Tardà explicó que estuvo allí y que se enteró de la concentración a través de la radio. Frente a la Consellería de Economía tomó la palabra de “forma absolutamente espontánea”, indicó el diputado al tribunal, para “reclamar a los ciudadanos que no se cayera en ninguna provocación, que había que evitar cualquier violencia, ya que tenía miedo de que hubiera infiltrados, que todo había que hacerlo a la catalana, es decir, pacíficamente”. En este sentido, resaltó, “pronuncié las palabras que cualquier demócrata hubiera pronunciado”.

Asimismo, Tardà consideró que “no vale la pena ningún objetivo político, ni la unidad de España ni la independencia, en el que haya una mínima violencia”. Esta es la línea que mantuvo el diputado durante toda la declaración, y ante las preguntas de la acusación popular, ejercida por Vox, Tardà subrayó que esta causa es “un juicio inspirado en la venganza” y que lo que “tenemos entre manos es un conflicto entre demócratas”. Así, continuó, “todo empieza y acaba en la democracia, nuestro compromiso es el diálogo”.

Durante la declaración de Tardà, el presidente de la Sala, Manuel Marchena, insistió en varias ocasiones a las acusaciones y a las defensa en que los testigos “opinan exclusivamente de lo que aprecian a través de sus sentidos”. Asimismo, Marchena le recordó a Tardà que no estaba autorizado a hacer valoraciones políticas “pese a su condición de diputado”, por lo que le pidió por favor que se sometiese “a la razón de su llamamiento”.