El Gobierno ha analizado 139 técnicas distintas dentro del ‘Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias’. Carcedo y Duque señalaron que un 52,5% de estas, 73 de las 139, pasan directamente a formar parte del listado de pseudoterapias y a ser consideradas de forma oficial como pseudociencia.

Esta calificación se debe a que consideran que estas 73 prácticas no están basadas en el rigor científico, ya que no tienen ningún ensayo clínico, revisión sistemática ni meta-análisis que demuestre su eficacia o su seguridad. Por ello, no tienen ningún tipo de soporte en el conocimiento científico ni ninguna metodología que pretenda acreditar su eficacia.

El Ejecutivo considera que estas 73 pseudoterapias no tienen ningún tipo de estudio que las avale. En cambio, las otras 66 técnicas revisadas cuentan con publicaciones que pretenden respaldarlas, aunque esto no quiere decir que realmente se basen en el conocimiento científico ni que sean eficaces para la finalidad que pretenden. Por ello, están siendo evaluadas de forma individualizada por el Instituto de Salud Carlos III y por distintas agencias evaluadoras.

Estos organismos desarrollarán un informe sobre cada una de estas 66 prácticas para ver si realmente son científicas o se las puede calificar también de pseudoterapias. Entre estas 66 están la acupuntura, la homeopatía, la hipnosis natural, macrobiótico, la medicina natural china o el tai chi.

De todos modos, el ministro de Ciencia recordó que a pesar de que aún están a la espera del informe sobre cada una de estas prácticas, “hay otros informes sobre alguna de ellas que ya son muy claros”. “En el caso de la homeopatía, por ejemplo, ya tenemos informes de otros países y todos van en la dirección de que se trata de pseudociencia. De todos modos, haremos nuestra evaluación para estar seguros”, explicó en la presentación ante la prensa de la campaña ‘#coNprueba’.

Esta campaña, que presentaron este jueves en rueda de prensa María Luisa Carcedo y Pedro Duque, pretende luchar contra la pseudociencia y las pseudoterapias. La iniciativa contará con una página web en la que el Gobierno informará de prácticas polémicas y explicará cuales son pseudociencia y cuales son prácticas científicas con eficacia demostrada.

La nueva página web del Gobierno se estrenará con las 73 prácticas que ya consideran pseudoterapias y anunciando que hay otras 66 posibles que están siendo evaluadas. Además, el sitio también contará con otros materiales, como contenidos científicos divulgativos, publicaciones para fomentar el pensamiento crítico o una guía de buenas prácticas para periodistas contra las pseudociencias.

La campaña ‘#coNprueba’ también se lanzará con publicidad a través de los medios de comunicación y en redes sociales y cuenta con lemas como “Para curarte necesitas algo más que agua con azúcar”, “Siempre con prueba, no te la juegues” o “Solo hay una forma de entender los astros”. Esta última en clara referencia a la base científica con la que cuenta la astronomía, pero no la astrología.

‘#coNprueba’ también cuenta con un vídeo publicitario para televisión y con otro vídeo divulgativo hecho a través de animación. En este montaje divulgativo de dibujos animados se explica como la mejora de la esperanza de vida en los últimos siglos se debe a avances como la vacunación, la higiene, el desarrollo de las telecomunicaciones o la expansión de la sanidad y educación universal.

El Ministerio de Ciencia y el de Sanidad también destacan a través de este vídeo que el gran avance en la esperanza de vida se debe a “la ciencia, la tecnología, el pensamiento crítico y la capacidad investigadora que han sumado fuerzas durante nuestra historia”.

El vídeo, además, acaba con una llamada al pensamiento crítico. “No te fíes de este video, comprueba por ti mismo si lo que te hemos dicho es cierto”.

LAS PSEUDOTERAPIAS RECONOCIDAS

Entre las 73 presudoterapias que Ciencia y Sanidad ya han calificado como pseudociencia se encuentran, por ejemplo, la ataraxia, la biocibernética, la cirugía energética, el coaching transformacional, las constelaciones sistemáticas, los cristales de cuerzo, la cromopuntura, los cuencias de cuarzo, los cuencos tibetanos, los diapasones, la digitopuntura, las esencias marinas, el feng shui, las flores del alba o la frutoterapia.

Además, también aparecen en este listado de prácticas pseudocientíficas la gemoterapia, la geobiología, la geocromoterapia, la geoterapia, la grafoterapia, la hidroterapia del colon, la hipnosis ericksoniana, la homeosynthesis, la numerología, las piedras calientes, la posturología, la psicohomeopatía, la pranoterapia, el tantra o ciertos tipos de masajes, como el babandi, el californiana, el de la energía de los chacras, el metamórfico o el tibetano.

La ministra de Sanidad quiso diferenciar entre las pseudoterapias perjudiciales para la salud y las que no lo son y dejó claro que “las que son peligrosas para la salud, como pasó con el vendedor de clorito de sodio, las llevamos directamente a la fiscalía para que actúe.

“Esas son el problema, igual que otras que no son perjudiciales en sí mismas, pero hacen que se abandone un tratamiento con demostrada eficacia y seguridad. Esto puede suponer un riesgo muy importante para la salud, incluso la muerte”, explicó Carcedo. “Pero si alguien quiere ir a risoterapia aunque no tenga evidencia científica, no pasa nada, que vaya, que tampoco le va a pasar nada”, apostilló la ministra.

LAS TERAPIAS EN EVALUACIÓN

Precisamente la risoterapia es una de las 66 terapias que aún están en evaluación porque sí tienen algún estudio que las ampara. Por ello, el Gobierno ha encargado informes individualizados para comprobar realmente sí tienen base científica y son eficaces o no.

Entre estas prácticas que aún siguen en proceso de evaluación están la acupuntura, la aromaterapia, el ayurveda, las constelaciones familiares, la cromoterapia, el drenaje linfático manual, la hidroterapia, la hipnosis natural, la homeopatía, la kinesiología, el yoga, el linfodrenaje, la macrobiótica, el masaje ayurvédico, el masaje tailandés, la medicina naturista, la medicina natural china, la meditación o la musicoterapia.

En este listado de 66 prácticas también se encuentran, por ejemplo, la naturoterapia, la osteopatía, el método pilates, la quiropraxia, la reflexología o reflexología podal, el reiki, el shiatsu, el tai chi o terapias florales, como la de bach, la de Bush o la terapia herbal.

La ministra María Luisa Carcedo se mostró optimista respecto a la elaboración de los informes de estas 66 prácticas y reconoció que aspiraban “a que todas lleguen a estar calificadas y a que el plan esté listo”. “El mundo tampoco se acaba porque haya elecciones, ni la Administración se interrumpe por ello”, apostilló.