Según informa la CNMC, tuvo conocimiento de este caso a través del escrito remitido por una asociación de consumidores, que denunció que Naturgy estaba remitiendo comunicaciones comerciales a clientes con contratos de gas mediante las que les ofrecía cambiar de tarifa sin informar debidamente sobre los cambios de condiciones en sus contratos o el aumento de precio.

Durante la instrucción del expediente, la CNMC ha comprobado que la compañía ofertó a 48.700 clientes que tenían contratada una tarifa referenciada a la Tarifa de Último Recurso, el cambio a otra tarifa denominada Estable.

La CNMC considera que Naturgy lo hizo sin indicar con claridad su repercusión económica, y sin informar al consumidor de que la nueva tarifa suponía un incremento en el precio del suministro de la factura de entre un 8% y un 14% (entre 30 y 42 € por año, según el consumo del punto de suministro).

Además, Naturgy indicaba que la nueva tarifa se aplicaría de manera automática en la próxima renovación, salvo que el cliente llamara a un teléfono gratuito solicitando mantener la tarifa actual.

La comunicación de Naturgy incumplió la Ley del Sector de Hidrocarburos al no haber informado debidamente de la modificación del contrato y del incremento de precios a los consumidores de manera transparente y comprensible, apunta la CNMC.

En consecuencia, la CNMC considera que Naturgy es responsable de una infracción grave de acuerdo con lo dispuesto en la Ley del Sector de Hidrocarburos.

Esta resolución pone fin a la vía administrativa y se podrá interponer contra ella recurso contencioso administrativo ante la Audiencia Nacional, en el plazo de dos meses a contar desde el día siguiente a su notificación.

Un portavoz de Naturgy consultado por Servimedia sobre esta sanción, anunció que la compañía impondrá un recurso ante el Alto tribunal, puesto que considera que es injustificada.

A este respecto, aseguró que la compañía ofrecía la información necesaria a sus clientes y que les ofrecía tres opciones: Mantener su contrato referenciado a la TUR, lo que implica cambios cada tres meses en función del precio del Brent y de los futuros de los precios internacionales del gas, cambiar a una tarifa fija o, incluso, pasarse a otra comercializadora.