Según informó la organización este martes a través de un comunicado, los firmantes “piden ya su liberación y la anulación de estas sentencias”. “Pero necesitamos muchas más firmas para que las autoridades no le den ni un solo latigazo y para que no pase ni un día más en la cárcel”, agregó Amnistía Internacional, que recordó que la condena se conoció el pasado 11 de marzo y se une a los ocho años de una sentencia anterior.

En los últimos días se han sumado adhesiones a esta iniciativa desde Italia, Holanda, Reino Unido o Canadá y en España se han unido organizaciones como la Fundación de la Abogacía Española o el Colegio de Abogados de Madrid.

Amnistía Internacional puntualizó que Nasrin Sotoudeh “tiene la opción de recurrir la decisión judicial”. “Sin embargo, ha renunciado a hacerlo para no legitimar una sentencia fruto de lo que la activista considera un juicio injusto”, destacó.

Para la portavoz de la organización en España, Yolanda Vega, se trata de la sentencia “más dura que se recuerda en muchos años contra un defensor o defensora de los derechos humanos”.

Con ella, las autoridades iraníes “recuerdan a las mujeres que seguirán subyugadas por unas leyes que vulneran su dignidad y sus derechos", declaró Vega, para quien, además, esta condena “solo pretende acallar a las mujeres, pero no lo va a conseguir, porque el movimiento global por los derechos de las mujeres es imparable".

La portavoz aseveró que la sociedad no puede permitir que esta activista “reciba un solo latigazo, ni pase un día más en prisión por defender los derechos humanos”.

Amnistía Internacional pidió también a la comunidad internacional que adopte “públicamente” una “postura firme” contra esta condena e intervenga “con urgencia para garantizar su liberación inmediata e incondicional”.

A juicio de esta organización, Nasrin Sotoudeh “ha dedicado su vida” a luchar “pacíficamente” por los derechos humanos como abogada que defiende los derechos de las mujeres y se ha opuesto a la legislación que establece el uso forzoso del hiyab.

Su condena es la “muestra más cruel” de que en el último año las autoridades iraníes “han incrementado su represión contra las activistas que protestaron pública y pacíficamente contra esa ley”, según Amnistía.

Nasrin Sotoudeh fue declarada culpable, entre otros cargos, de “incitar a la corrupción y la prostitución” y “cometer abiertamente un acto pecaminoso apareciendo en público sin hiyab”.

Amnistía Internacional subrayó que las autoridades han aportado como prueba su decisión de oponerse al uso forzoso del hiyab, quitárselo durante las visitas penitenciarias, defender a mujeres que protestaban pacíficamente contra su uso forzoso, conceder entrevistas a los medios de comunicación para hablar del arresto y la detención violenta de mujeres que protestaban contra el uso forzoso del hiyab y colocar flores en el lugar en que fue violentamente arrestada una mujer que protestaba.

Nasrin Sotoudeh, Premio Sajarov por su trabajo de defensa de los derechos humanos, fue detenida en su domicilio el 13 de junio de 2018 y el pasado mes de febrero la oficina de aplicación de condenas de la prisión de Evín, en Teherán, donde está recluída, le comunicó que había sido declarada culpable de siete cargos y condenada a 33 años de prisión y 148 latigazos.

Amnistía criticó que en el pronunciamiento de su sentencia se aplicó el artículo 134 del Código Penal iraní, que permite a los jueces ejercer sus facultades discrecionales para imponer una pena superior a la máxima legalmente establecida cuando la persona acusada se enfrenta a más de tres cargos y que el magistrado Mohammad Moghiseh “aplicó la pena máxima establecida por cada uno de los siete cargos y añadió cuatro años más al periodo total de prisión”.